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Página de Inicio > Psiquiatría Biológica                                                                                  Autor: Dr. Jorge Marquet
 

Desde hace más de treinta años los investigadores están tratando de relacionar los defectos en la biología, estructura, mecanismos moleculares, mutaciones genéticas y alteraciones proteicas cerebrales con las patologías del estado de ánimo.

De esta manera primero fue la psiquiatría biológica la que nos orientó hacia las alteraciones en la síntesis y metabolismo de las monoaminas y sus precursores justificando de este modo las patologías psiquiátricas según el tenor de monoaminas en la hendidura sináptica.

Fue luego la psiquiatría molecular, quien nos permitió conocer las estructuras de las proteínas transmembranales denominadas receptores y los delicados mecanismos de exocitosis y del quantum de la exocitosis, explicando las alteraciones en el estado de ánimo como consecuencia de la disfunción de éstos delicadísimos procesos.

La psiquiatría genética pregenómica nos adelantó la existencia de complicados mecanismos de señalización intraneuronal e intranuclear, al mismo tiempo que la existencia de procesos de señalización retrógrados que luego darían origen a las investigaciones referentes a los procesos de neurogénesis.

Posteriormente y a finales del siglo pasado, la psiquiatría genética post genómica apoyándose en las conclusiones del Proyecto Genoma Humano, comenzó a describir mutaciones genéticas relacionadas directamente con las diversas patologías psiquiátricas.

Y hoy en día, estamos avanzando las épocas de investigación correspondientes a la psiquiatría proteómica, en donde está quedando en claro que no son solamente las mutaciones en determinados genes las que alteran el funcionamiento cerebral sino las fallas en los sistemas protéicos para los cuales codifican específicamente ésos genes que se encuentran mutados.

Pero éstos avances en la investigación no solo pueden ser aprovechados para el entendimiento y la resolución de patologías psiquiátricas ya instauradas, sino muy por el contrario pueden ser utilizados para realizar una verdadera prevención en cuanto a mantener un óptimo funcionamiento, biológico, molecular y proteico de las neuronas y de ésta manera conseguir un alto rendimiento cerebral.

Los elementos fundamentales a nuestro alcance, hoy en día, para lograr el objetivo anteriormente descripto, se fundamentan en los dosajes de marcadores cerebrales de vida neuronal y de sufrimiento neuronal, marcadores precoces de determinadas patologías que involucran procesos de neurodegeneración o de anoxia o hipoflujo, marcadores de oxidación intraneuronal que permiten establecer la instauración de determinados estadíos iniciales de neurodestrucción, herramientas neurofisiológicas que nos orientan acerca del funcionamiento eléctrico cerebral a nivel cortical, neuroimágenes como la tomografía axial computarizada (TAC), la tomografía por emisión de fotón único (SPECT), la tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética funcional, angiográfica y espectroscópica, los laboratorios del sueño tan importantes a la hora de la regulación de los relojes biológicos circadianos, ultradianos e infradianos, las pruebas de laboratorio neuroendócrinas tendientes a evaluar la interrelación entre los sistemas nerviosos y glandulares, las evaluaciones del sistema inmune y del sistema neuropeptidérgico, todos ellos asociados constituyendo una verdadera gama de prevención a nivel neuropsicoendocrinoinmunopeptidérgico.

La disregulación de los receptores cerebrales específicos para cada monoamina, constituye la génesis de las alteraciones del estado de ánimo

La aparición de elementos químicos dimetilados en la circulación cerebral, determina la aparición de las alteraciones sensoperceptuales propias de los procesos psicóticos.

La determinación de factores de sufrimiento neuronal, alteraciones protéicas cerebrales, fragmentos inflamatorios, disminución de antioxidantes endógenos naturales están marcando la peligrosidad relacionada con el inicio de una enfermedad neurodegenerativa.

El mal funcionamiento de los sistemas o ejes hipocámpicos-hipotálamo-glandulares estarán relacionados con todas las alteraciones de distress y ansiedad que conducirán en la cronicidad al trastorno del estado de ánimo y probablemente al pésimo rendimiento cognitivo-conductual.

Las alteraciones en los niveles inmunológicos y peptidérgicos se relacionarán directamente con la ausencia de los frenos naturales establecidos por las citoquinas y las interleukinas en los procesos pre-establecidos de neuromodulación, en los mecanismos de reforzamiento al uso de sustancias y adicciones y en lo referente a los filtros centrales cerebrales del dolor.

Es por todo lo expuesto anteriormente que la obtención del alto rendimiento cerebral no solamente se basa en procesos de diagnóstico y prevención permanentes sino que una vez determinada la alteración de cualquiera de sus complicados componentes, la manera de solucionar dicha alteración, no debe ser de ninguna manera empírica, sintomática o caprichosa, sino por el contrario tendiente a corregir la falla neuroquímica, neurobiológica, neuroendócrina, neuroinmune o neuropeptidérgica, utilizando la medicación adecuada, que hoy en día gracias a las moléculas de diseño actuará como un bisturí químico, sin necesidad de alterar o modificar ninguno de los sistemas no dañados, y por otra parte gracias a los estudios anteriormente detallados, pudiendo evaluar exactamente el tiempo de uso necesario de dichas moléculas, con la principal finalidad de no dejar a los pacientes medicados indefinidamente.

O sea, que lo que podríamos llamar, proyecto de alto rendiminto cerebral, se encontraría basado y fundamentado principalmente, en el uso criterioso de las herramientas que nos aporta la neuroquímica, la neurobiología, la neurofisiología y las neuroimágenes, con la finalidad de realizar una verdadera prevención y neuroprotección de todas las personas sometidas a la cotidiana agresión de las presiones y los tóxicos.

La psiquiatría biológica durante años investigó la química y la biología de la glía, del interior de la neurona presináptica y de la misma hendidura sináptica, con la finalidad de encontrar explicaciones para los cambios en el estado de ánimo y las patologías relacionadas con los mismos.

Asi fue como determinó la importancia del funcionamiento íntegro de la biofase, constituída por el axón de la neurona presináptica enfrentándose con los árboles dendríticos de la neurona postsináptica, dejando entre sí una brecha  denominada hendidura sináptica y alimentando a todo el sistema , anteriormente mencionado, por medio de la glía.

Esta glía es la responsable de vehiculizar el oxígeno, el flujo y los nutrientes necesarios para que se desarrollen los procesos neuroquímicos necesarios intraneuronales.

Los nutrientes, fundamentalmente aminoácidos esenciales, deben ser incorporados con la dieta, y son ellos los que actúan como precursores, a partir de los cuales se metabolizarán las monoaminas cerebrales, los aminoácidos excitatorios e inhibitorios y los neuromoduladores.

La fenil alanina actúa como precursor de las catecolaminas, adrenalina, noradrenalina y dopamina.

El L-triptofano es el precursor de las indolaminas, tal como la 5 hidroxi triptamina o serotonina.

La histidina funciona como precursor de las imidazolaminas, fundamentalmente la histamina.

Y, finalmente es la arginina el precursor principal del óxido nítrico.

Los aminoácidos cerebrales excitatorios, glutamato y aspartato e inhibitorios, ácido gama amino butírico, encuentran su precursor en el ciclo de Krebs mitocondrial, a partir del ácido alfa ceto glutárico.

Los precursores anteriormente mencionados, por un proceso de difusión pasiva, atraviesan la membrana plasmática neuronal y son captados por el retículo endoplásmico rugoso, que comienza a elaborarlos, para terminar con dicha tarea en el interior del aparato de Golgi.

Desde allí ya salen empaquetados en las vesículas de almacenamiento, que tendrán como función principal, permitir que en su interior se realicen las largas cadenas metabólicas de síntesis de las monoaminas, mientras avanzan, montadas en los microtúbulos y neurofilamentos, que constituyen el citoesqueleto neuronal, hacia la membrana plasmática presináptica.

Para que las pesadas elaboraciones metabólicas de las monoaminas se lleven a cabo, es necesaria la integridad de los sistemas enzimáticos de las hidrolasas y de las decarboxilasas.

El avance de la vesículas de almacenamiento se lleva a cabo en un solo sentido, o sea, por todo el axón, hacia la hendidura sináptica, mientras que, también montadas sobre el citoesqueleto, las mitocondrias se mueven en ambos sentidos, o sea hacia la hendidura sináptica y hacia el cuerpo neuronal, con la función de otorgar la energía necesaria, a partir de moléculas de adenosín trifosfórico, para permitir la metabolización de las monoaminas desde sus precursores hasta sus metabolitos principales, las cuales se detallan a continuación.

En el caso de las catecolaminas, a partir de su precursor la fenil alanina, puede seguir dos vías de metabolización, según actúe una hidroxilasa, que la metabolizará hacia fenil etil amina, la cual por acción de la mono amino oxidasa terminará en el metabolito final ácido fenil acético.

Pero si actúa una decarboxilasa, se metabolizará hacia tirosina que por intervención de la tirosina hidroxilasa pasará a L-dopa, la cual por acción de la dopa decarboxilasa se convertirá en dopamina.

Desde aquí la cadena metabólica vuelve a dividirse, según actúe la dopamina beta hidroxilasa que la convierte en noradrenalina o la monoa amino oxidasa que nos otorgará el metabolito final de la dopamina que és el ácido homovainíllico.

La noradrenalina a su vez por acción de la mono amino oxidasa otorgará dos metabolitos finales, uno central el 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol o mopeg y otro periférico el ácido vainillín mandélico.

Pero si sobre la noradrenalina actúa la catecol o metil transferasa como enzima transmetilante, y la sulfo adenosil metionina otorga un grupo metilo, se obtendrá una neurohormona que es la adrenalina.

En el caso de las indolaminas, el precursor es el triptofano, sobre el cual puede actuar la triptofano decarboxilasa y convertirlo en triptamina, la cual por acción de la mono amino oxidasa se transformará en ácido indol acético.

Pero si sobre el precursor actúa la triptofano hidroxilasa, lo convertirá en 5 hidroxi triptofano, que a su vez por acción de la 5 hidroxi triptofano decarboxilasa se transformará en 5 hidroxi triptamina o serotonina, sobre la cual actuará la mono amino oxidasa para otorgar el metabolito final de las indolaminas que es el ácido 5 hidroxi indol acético.

La acetil colina presenta como precursores a la fosfatidil colina y a la colina propiamente dicha, sobre las cuales actúan la acetil coenzima A y la colina acetil transferasa para originar el metabolito principal la acetil colina, la cual se va a degradar por la acción de la acetil colinesterasa a nivel central y por la butiril colinesterasa a nivel periférico, desdoblándola en sus metabolitos finales acetato y colina, que reingresarán al ciclo de síntesis.

Los aminoácidos cerebrales se sintetizan a partir del ciclo tricarboxílico de Krebs, presentando como precursor al ácido alfa ceto glutárico, el cual por una reacción de aminación y por acción de la glutaminasa da origen al ácido glutámico, principal aminoácido cerebral excitatorio, sobre éste actuará la enzima glutamato decarboxilasa y lo metabolizará hacia ácido gama amino butírico, principal aminoácido cerebral inhibitorio, sobre el cual se llevará a cabo una reacción de aminación transformándolo en hemialdehido succínico, volviendo a ingresar al ciclo de Krebs como ácido succínico.

Las imidazolaminas tienen como precursor a la histidina que por acción de la histidina decarboxilasa se metaboliza hacia histamina, la cual por la acción de una deamino oxidasa se convertirá en su metabolito final el ácido imidazolacético.

Pero si sobre la histamina actúa una enzima metil transferasa dará origen a la metil histamina que por acción de la mono amino oxidasa se convertirá en ácido metil amidazolacético.

Con respecto al óxido nítrico, presenta como precursor a la arginina, la cual combinada con oxígeno y por acción de la óxido nítrico sintetasa se convertirá en óxido nítrico que por acción de la óxido nítrico convertasa otorgará su metabolito final el nitrosonio el cual es un potente neuroprotector.

Pero puede ocurrir que el óxido nítrico libere un electrón de su fórmula química y se transforme en peroxinitrilo, configurando el mayor tóxico neuronal existente.

Una vez que las vesículas de almacenamiento toman contacto con la membrana plasmática presináptica, en presencia de suficiente cantidad de calcio iónico y en el momento de la despolarización de la membrana, las vesículas se abren y la membrana permite la formación de un canal, por donde se va a producir la salida de los metabolitos principales de las monoaminas, proceso denominado exocitosis, hacia la hendidura sináptica.

Entonces en la hendidura encontramos distintos tenores de acetil colina, adrenalina, noradrenalina, dopamina, histamina, ácido glutámico, ácido gama amino butírico, serotonina y óxido nítrico, y fue basándose en esto que en determinado momento los investigadores, plantearon la teoría de la neurotransmisión y atribuyeron a los defectos de dicha neurotransmisión la aparición de distintos niveles de monoaminas en la sinapsis, considerando que aquí estaba la explicación a las alteraciones del estado de ánimo.

Se propone entonces, que el aumento de éstas sustancias químicas en la hendidura sináptica era la responsable de los cuadros de euforia y de manía, mientras que su descenso correspondía con los episodios depresivos.

De esta manera se empezó a estudiar minuciosamente cada una de las características de éstas monoaminas y a observar como intervenían en los procesos fisiológicos cerebrales.

Se atribuye entonces a la noradrenalina participación en la ansiedad motora, en la inquietud, en el temblor, en la hipersexualidad y en las conductas de hiperfagia.

A la adrenalina se la emparenta con la angustia somática y existencial, con la taquicardia, con las palpitaciones, con los miedos, con los temblores, con la hipersudoración, con el colon irritable y con la sensación de falta de aire y la frecuencia miccional.

Es responsabilidad de la dopamina, las apetencias y los deseos, a tal punto que se la describe como la monoamina del peligro, las alteraciones senso perceptuales, las conductas adictivas, las situaciones de riesgo y las funciones cognitivas, sobre todo de planeamiento del contenido y curso del pensamiento.

La acetil colina cumple la función de garantizar el sueño rem, de realizar tareas de neuroprotección y plasticidad neuronal, funciones de cognición y fijación de memoria, y por sobre todo de director de orquesta de la neurotransmisión, como neuromodulador por exelencia, ya que en cantidades fisiológicas regula en baja a las monoaminas neurotóxicas tales como noradrenalina, adrenalina, dopamina, ácido glutámico e histamina, y regula en alza a las neuroprotectoras tales como serotonina, ácido gama amino butírico y óxido nítrico.

Serotonina tiene participación en estado de ánimo, ansiedad, cognición, impulsividad, agresividad, intentos suicidas, miedos, pánicos, compulsiones, obsesiones, alimentación, al haber gran cantidad de neuronas serotoninérgicas en los núcleos supraópticos y supraquiasmáticos, tiene a su cargo el manejo de los relojes biológicos, infradianos, ultradianos y circadianos, tales como sueño-vigilia, actividad-reposo, sexualidad-frigidez, hambre-saciedad.

A la histamina se le atribuyó participación en los procesos cognitivos tales como atención, concentración y memoria, en los procesos de ansiedad y en los procesos de plasticidad sináptica.

El ácido glutámico participa necesariamente en todos los procesos de fijación de memoria tales como potenciación a largo plazo, potenciación a corto plazo y depresión a corto plazo, tiene que ver con la plasticidad sináptica, el crecimiento axónico y dendrítico, y es el responsable de todas las respuestas cerebrales rápidas, como así también en cantidades excesivas es el causante de los procesos de neurotoxicidad y neurodegeneración calcio dependientes tan frecuentes en la demencias.

El ácido gama amino butírico relacionado con los procesos de ansiólisis presentando un sitio de unión con las benzodiacepinas en sus receptores, responsable de todas las respuestas cerebrales inhibitorias rápidas, y con acción neuroprotectora por regular la entrada de calcio a nivel de los receptores glutamatérgicos n-metil d-aspartato.

El óxido nítrico único neurotransmisor gaseoso retrógrado tiene a su cargo todos los procesos de fijación de memoria, de plasticidad sináptica de neuroprotección y actualmente demostrado una participación especial en los mecanismos de neurogénesis hipocampal.

Por último a los neuropéptidos se les atribuye participación en los mecanismos del dolor, de la alimentación y de las adicciones, como así también como la regulación de los firing neuronales de liberación o síntesis de la mayoría de las monoaminas cerebrales.

Con respecto a la explicación de los cuadros psicóticos, se planteó la teoría de la dimetilación cerebral.

Esta teoría se basa en que una determinada sustancia química, a causa de la acción de una enzima transmetilante, modifica su estructura química y su actividad, tomando un grupo metilo, del dador universal de metilos, la sulfo adenosil L-metionina y lo incorpora a su fórmula, dando origen a sustancias dimetiladas anormales que no deben hallarse en la química cerebral.

Tales sustancias son,  la dimetil serotonina o bufotenina, que se forma a partir de sumar un grupo metilo a la 5 hidroxi triptamina.

La ortho metil bufotenina, que es una sustancia trimetilada, porque suma un grupo metilo más a la estructura química de la bufotenina.

La 3-4 dimetil triptamina que suma un grupo metilo a partir de la triptamina, producto de la decarboxilación del L-triptofano.

Y finalmente, la 3-4 dimetoxi fenil etil amina, que suma un grupo metilo a partir de la dopamina.

Fue Edmundo Fisher quién se encargó de demostrar que estas sustancias di y trimetiladas eran las responsables de la aparición de las alteraciones senso perceptuales, y que, por lo tanto, no eran marcadores específicos de psicosis o de esquizofrenia, ya que se encontraban presentes en otras patologías, que también cursan con alteraciones senso perceptuales, tales como la depresión mayor, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno bipolar, los ataques de pánico, y el abuso de sustancias.

La explicación que él argumentó, fue que dichas sustancias se encuentran en todas las personas, pero que la mono amino oxidasa las degrada rápidamente, a metabolitos finales inactivos.

Sólo en pacientes con las patologías anteriormente mencionadas, en los cuales la actividad de la enzima mono amino oxidasa se encuentra disminuída, sobre todo a nivel hepático, entonces no pueden ser metabolizadas rápidamente y tienen el tiempo necesario como para atravesar la barrera hematoencefálica, llegando de esta manera al cerebro y produciendo las alteraciones senso perceptuales.

Otro elemento que llamó la atención de los investigadores, luego de describir los procesos de exocitosis de las monoaminas, fue que el 25% de las mismas, una vez en la hendidura sináptica, era degradada en el mismo lugar por la enzima mono amino oxidasa hacia sus metabolitos finales, otro 25% se ofertaba para actuar sobre las neuronas postsinápticas, pero un 50% por la actividad de determinadas bombas de recaptura ubicadas en la membrana plasmática de las neuronas presinápticas, eran reingresadas al interior de la primer neurona, donde podían ser metabolizadas por la enzima catecol o-metil transferasa, o bien almacenadas nuevamente para una próxima exocitosis.

Este proceso fue el que luego fue conocido como mecanismo de economía neuronal, responsable de velar por el mantenimiento de la energía neuronal.

Cuando comenzaron los estudios acerca de la neurona postsináptica, los estudiosos empezaron averiguando donde eran captadas las monoaminas que se ofertaban en un 25% hacia la segunda neurona.

Describieron entonces, determinadas proteínas transmembranales, constituídas por tres porciones, una extracelular que mira hacia la sinapsis y que es hidrofílica, denominada glicocálix, donde se encuentra el sitio de unión con el agonista y donde se realiza el reconocimiento específico de la sustancia que intenta activar a la proteína, reconocimiento que se realiza de la misma manera que una llave con su cerradura, de lo contrario será rechazada nuevamente hacia la sinapsis, si la sustancia no es reconocida y aceptada como propia, una segunda porción transmembranal, donse se sitúan los dominios de la proteína que la identifican y permiten agruparlas en familias y subfamilias receptoriales, y una tercera porción intracelular, que mira hacia el interior de la neurona y que es hidrofóbica, encontrándose en ella el sitio de acoplamiento de la proteína G y del sistema enzimático que permitirá activar los sistemas de segundos mensajeros, responsables de amplificar el mensaje recibido por la activación del receptor pos la sustancia específica.

Fue en éste momento que se definió como primer mensajero a toda sustancia química, sea ella neurotransmisor, neuromodulador, neurohormona, sustancia de abuso o fármaco, capaz de ser reconocida por el sitio de unión, y de esta manera activar al receptor.

Mientras que se definió como segundos mensajeros a los sistemas capaces de amplificar la señal del mensaje recibido, desde la proteína G y los sistemas enzimáticos puestos en marcha por la activación del receptor específico, sean ellos adenosín monofosfato cíclico, inositol trifosfórico o calcio.

De acuerdo a los avances realizados por la psiquiatría biológica, en base a las descripciones anteriormente realizadas, fue que comenzaron a realizarse estudios e investigaciones para obtener marcadores biológicos en líquido cefalorraquídeo, sangre u orina, que permitieran a los investigadores hablar de marcadores de riesgo, en el caso que determinaran la predisposición a padecer determinada patología, o marcadores de estado, que permitieran establecer el grado de evolución de la misma.

Por ejemplo, para los cuadros de agresividad, manía y violencia se realizaron diversas investigaciones en la búsqueda de marcadores predictivos o diagnósticos.

De esta manera Murphy D. y cols., decidieron estudiar quinientos pacientes tratados con inhibidores de la enzima mono amino oxidasa y encontraron que resultaron haciendo episodios maníacos posteriores a la ingesta del fármaco, ocehnta y cuatro pacientes medicados con Iproniacida, sesenta y dos depresivos medicados con Fenelcina y veintinueve medicados con Tranilcipromina.

J. Nagel y J.Marquet estudiaron con neuroimágenes cincuenta pacientes con episodios de agresividad, contra cincuenta controles sanos, mediante el uso de la tomografía por emisión de fotón único, spect, llegando a la conclusión que los pacientes agresivos presentaban disminución de la perfusión frontal y aumento de la temporal en comparación con los controles.

Asberg A. y cols., evaluaron a trecientas personas con agresividad e intentos de suicidio, comparando sus niveles urinarios del metabolito final de la 5 hidroxitriptamina, el ácido 5 hidroxi indol acético, con los niveles del mismo en trecientas personas sanas, y establecieron que aquellos pacientes que presentaban agresividad hacia objetos tenían niveles más altos del metabolito final, mientras que los que presentaban agresividad hacia las personas o los animales tenían niveles más bajos de ácido 5 hidroxi indol acético que los controles. Con respecto a los individuos que habían intentado suicidarse encontraron cifras extremadamente bajas del metabolito final de la serotonina.

Lawton M.P.; Brody E.M. y cols., compararon los niveles de neurotransmisores cerebrales de cien pacientes con conductas violentas contra cien controles sanos, determinando un aumento en los niveles plasmáticos y urinarios de fenilalanina, feniletilamina, ácido fenil acético, testosterona, noradrenalina, 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol o mopeg y ácido glutámico en los pacientes agresivos, mientras que presentaban disminuídas las cifras de serotonina, ácido 5 hidroxi indol acético y ácido gama amino butírico, con respecto a los controles.

Davis K. y cols., por su parte también estudió el perfil neuroquímico de cuarenta pacientes que habían realizado intento de suicidio, encontrando niveles aumentados de ácido fenil acético y 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol en orina, mientras que estaban disminuídos la serotonina, el ácido 5 hidroxi indol acético, el colesterol y la fenil etil amina con respecto a los controles sanos.

Es muy vasta y extensa la investigación realizada en la búsqueda de predictores y marcadores de evolución cuando se habla de trastornos del estado de ánimo.

Greenberg D. y cols., describieron niveles sumamente bajos de estrógenos en veintiún pacientes femeninas con depresión mayor en comparación con los controles.

Dencker S.; Malm U. y cols., a su vez describieron bajos niveles de ácido 5 hidroxi indol acético en líquido cefalorraquídeo de setenta pacientes con depresión, respecto a los controles.

Schildraukt y cols., realizaron un estudio referente a los niveles del metabolito final central de la noradrenalina, el 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol o mopeg, en diferentes trastornos del estado de ánimo, describiendo para la esquizofrenia 1.4 ug/ml, para los estados esquizoafectivos 1.5 ug/ml, para los bipolares en fase depresiva 1.2 ug/ml, para las depresiones unipolares 1.9 ug/ml y para las depresiones mayores 1.8 ug/ml, habiendo estudiado una muestra de diez y seis pacientes.

Goodwing y cols., realizaron un estudio similar al anterior, con respecto a los niveles de mopeg en veinte pacientes con trastornos del estado de ánimo, y establecieron para los esquizoafectivos niveles de 0.9 ug/ml, para los bipolares 1.05 ug/ml y para las depresiones mayores 1.6 ug/ml, respecto a los controles.

Maas y cols., también estudiaron los niveles de mopeg en veinte pacientes con trastorno del estado de ánimo y describieron las siguientes cifras, 0.9 ug/ml para los bipolares en fase depresiva, 1.05 ug/ml para las depresiones unipolares recurrentes y 1.1 ug/ml para las depresiones unipolares.

Marquet J. y Ostera D., realizaron dosajes neuroquímicos y pruebas neuroendócrinas en cien pacientes con depresión mayor contra controles sanos describiendo una ausencia de respuesta, en los depresivos, al pico de hormona de crecimiento estimulada por clonidina, disminución de los niveles séricos de tirosina hidroxilasa respecto a los controles, y menor sensibilidad de los receptores beta adrenérgicos en corteza frontal para los depresivos mayores.

Hallstrom C. y Rees W. junto a sus colaboradores, estudiaron cincuenta pacientes depresivos comparados con controles sanos y encontraron en todos ellos niveles séricos disminuídos de serotonina.

Coppen y cols., estudiaron los niveles plasmáticos del precursor de la serotonina, el triptofano en veintiséis pacientes con depresión mayor, encontrando niveles similares de triptofano total en los depresivos que en los controles pero sustancialmente disminuído el triptofano libre en los depresivos con respecto de los controles.

Nagel J. y Marquet J., estudiaron mediante resonancia magnética de cerebro con espectroscopía, el pico espectroscópico de la colina en veinte pacientes con depresión mayor comparados con controles sanos, encontrando dicho pico disminuído en el hipocampo de los depresivos, pero notoriamente aumentado en los ganglios basales y en la corteza, respecto de los controles.

Shaw y cols., dosaron los niveles de serotonina en cuarenta y dos muestras cerebrales post mortem y hallaron niveles elevados de la misma respecto a cerebros normales, en alcohólicos, mientras que estaba disminuída en depresivos y sumamente disminuída en suicidas.

Lavrestky H. y Lesser I.M., estudiaron cien pacientes con genotipo para apolipoproteína E y depresión y encontraron en la resonancia magnética cerebral, hiperintensidades en sustancia blanca en los depresivos con respecto de los controles.

Blain S. y cols., investigaron poblaciones de pacientes deprimidos hipertensos versus deprimidos normotensos, en ochenta casos cada uno, mediante resonancia magnética cerebral, encontrando hiperintensidades en sustancia gris y en sustancia blanca en la población de pacientes deprimidos con hipertensión con mayor frecuencia que en la de deprimidos normotensos.

Asberg A. y cols., investigando una población de trecientos pacientes con depresión mayor encontraron aumentados el cortisol basal plasmático y la sensibilidad de los receptores 5HT2 plaquetarios, mientras que estaban disminuídos los niveles de L-triptofano plasmático, la prolactinemia y la sensibilidad de los receptores 5HT1 plaquetarios, con respecto de los controles.

Van Praag R. y cols., realizaron un estudio sobre doscientos pacientes con disminución del comportamiento motor y la iniciativa en la depresión mayor, encontrando niveles disminuídos de dopamina y ácido homovainíllico en orina de veinticuatro horas de los depresivos respecto a los controles.

Janowsky L. y cols, estudiaron la neuroquímica cerebral de cien pacientes con depresión mayor mediante dosajes plasmáticos informando niveles disminuídos de noradrenalina y dopamina, mientras que estaban aumentados la acetil colina, la serotonina, el cortisol basal, la hormona adrenocorticotrofina y el factor liberador de corticotrofina con respecto a los controles sanos.

Stern R.G. y Davidsom M., estudiaron a cien pacientes deprimidos que habían estado medicados con reserpina y alfa metil dopa, encontrando en los dosajes de orina de veinticuatro horas niveles disminuídos de noradrenalina, mopeg y serotonina, respecto de los controles.

Galasko D. y Sanno M., estudiaron una población de cien pacientes con depresión mayor luego de haber recibido fármacos tricíclicos, inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina e inhibidores reversibles de la mono amino oxidasa, hallando niveles plasmáticos aumentados de noradrenalina, mopeg y serotonina respecto de los controles sanos.

Paykel E.S. y cols., estudiaron a cien pacientes con depresión inhibida, con dosajes urinarios de veinticuatro horas, encontrando respecto de los controles, niveles disminuídos de mopeg, pero aumentados de ácido 5 hidroxi indol acético.

Montgomery S.A. y cols., por el contrario estudiaro a cien pacientes con depresión ansiosa, hallando niveles urinarios disminuídos de ácido 5 hidroxi indol acético mientras que el nivel del mopeg era similar al de los controles sanos.

Nobler M.S. y Roose S.P., investigaron los niveles urinarios de mopeg en cien pacientes con diferentes tipos de depresión encontrando niveles disminuídos en los pacientes portadores de depresión unipolar, niveles muy disminuídos en los portadores de trastorno bipolar I en fase depresiva, pero niveles aumentados en los pacientes con fase depresiva en trastorno bipolar II, respecto de los controles sanos.

Frank E. y Prien R.S., estudiaron los niveles urinarios de noradrenalina de cien pacientes contra cien controles, aplicándoles a ambos grupos estímulos dolorosos, encontrando que si bien los niveles de noradrenalina urinaria de los depresivos era menor que la de los controles, luego del estímulo doloroso la respuesta de los controles presentaba un pico muy grande en el nivel de la monoamina, mientras que en los depresivos el pico de noradrenalina post estímulo doloroso era prácticamente imperceptible.

Muth E.A. y Hatskins J.T. estudiaron los niveles de mopeg urinario de cien pacientes depresivos y cien controles sanos antes y después de realizar ejercicio físico, hallando que los niveles del metabolito final de la noradrenalina estaba muy disminuído respecto de los controles antes del ejercicio pero sumamente aumentado si se lo dosaba posteriormente al esfuerzo físico.

Preskorn S.H. y cols, evaluaron los niveles urinarios de monoaminas y precursores de cien pacientes con depresión inhibida, encontrando niveles disminuídos en orina de veinticuatro horas de mopeg, noradrenalina, adrenalina, dopamina y ácido homovainíllico, mientras que estaban aumentado los niveles de serotonina, ácido 5 hidroxi indol acético, respecto de los controles, informando también el descenso generalizado de los niveles de fenilalanina, fenil etil amina y ácido fenil acético.

Rovner B.W. y German P., estudiaron los niveles urinarios de monoaminas en cien pacientes con depresión postpsicótica determinando niveles aumentados de serotonina, mientras que se encontraban disminuídos la dopamina, el ácido homovainíllico y el ácido 5 hidroxi indol acético, respecto de los controles sanos.

Steele C.D. y Chase G.A., investigaron los niveles plasmáticos de determinadas monoaminas en cien pacientes con depresión parkinsoniana, detallando niveles aumentados de calcio iónico, mientras que se encontraban disminuídos los niveles de dopamina y de ácido homovainíllico, respecto de los controles sanos.

Jeanblank W. y Davis I.B., estudiaron el perfil plasmático de treinta pacientes con depresión ansiosa, encontrando niveles disminuídos de serotonina y de ácido 5 hidroxi indol acético, mientras que estaban aumentadas las enzimas monoamino oxidasa A y catecol O-metil transferasa, al igual que el ácido fenil acético, respecto de los controles sanos.

Brecher R. y Brenner M., estudiaron los marcadores plasmáticos de cuarenta pacientes con distimia encontrando disminuídos los niveles de cortisol basal, monoamino oxidasa A y catecol O-metil transferasa respecto a los controles sin distimia.

Carrol B.J. y Butner M.G., se dedicaron a investigar el perfil urinario de sesenta pacientes con depresión mayor encontrando aumentados los niveles de cortisol basal, adrenocorticotrofina y factor liberador de corticotrofina, dopamina y dimetil triptamina, éstas dos últimas responsables de la presencia de alteraciones sensoperceptuales en pacientes depresivos, agregando que el cortisol plasmático no suprimió luego de la estimulación, y estaban disminuídos los niveles urinarios de serotonina y mopeg, respecto de los controles sanos.

Chieffi G. y Pierantonni E., estudiaron el perfil hormonal de cincuenta mujeres con trastornos afectivos encontrando niveles plasmáticos disminuídos de estradiol y progesterona, respecto de las mujeres sin trastornos afectivos.

Ramasubbu R. y Kennedy S., midieron el flujo cerebral mediante tomografía por emisión de fotón único, spect, en treinta pacientes con depresión mayor determinando presencia de hipoflujo en corteza frontal, corteza prefrontal, temporales anteriores, amígdalas y girus cingulado, respecto de los controles sanos.

Allain H. y Bernard P., estudiaron el metabolismo cerebral de treinta pacientes con depresión mayor mediante el uso de la tomografía cerebral por emisión de positrones, pet, hallando disminución del metabolismo en los cerebros de los depresivos, en corteza frontal y prefrontal, en girus cingulado y marginal, en girus temporal y en la amígdala, con respecto al metabolismo cerebral de los controles sanos.

Osuch E. y Ketter T., completando el estudio anterior, utilizaron la tomografía cerebral por emisión de positrones para evaluar el metabolismo cerebral, regional en este caso, de veintiocho pacientes con depresión mayor, diagnosticando hipometabolismo en hipocampo derecho, girus cingulado izquierdo, cerebelo, rafe fusiforme izquierdo, temporal izquierdo, girus angular izquierdo e ínsula izquierda, respecto del metabolismo cerebral de los controles sanos.

Muller M. y Landgraaf R., estudiaron los neuropéptidos cerebrales de cuarenta y siete pacientes con depresión mayor encontrando aumento plasmático significativo de arginina y vasopresina, con respecto a los controles sanos.

Steffens D. y Birum C., investigaron por resonancia magnética cerebral el volúmen hipocampal de sesenta y séis pacientes con depresión mayor, encontrándolo significativamente disminuído con respecto de los controles sanos.

Vakilly K. y Pillay S., completaron el estudio anterior estudiando por resonancia magnética cerebral el volúmen hipocampal de treinta y ocho mujeres y treinta y ocho varones, todos ellos con depresión mayor, encontrando que mientras el hipocampo de los varones depresivos está disminuído de tamaño respecto de los controles, el hipocampo de las mujeres depresivas está aumentado de tamaño respecto a los controles sanos.

Piletz J. y Zhu H., realizaron un complejo estudio acerca de la afinidad de los receptores para imidazolina en cerebro de pacientes con depresión mayor, sobre una población de diez y siete depresivos, encontrando disminuída la afinidad para los receptores proteicos para imidazolina en corteza, hipocampo y plaquetas, respecto de los controles sanos.

Moreno F. y Heninger G., estudiaron el precursor triptofano plasmático, en doce pacientes que padecieron recaída de su depresión al año de su recuperación, encontrando muy disminuído el nivel del precursor en sangre, respecto de los controles sanos.

También se realizaron numerosas investigaciones en el ámbito de los trastornos demenciales con la finalidad de encontrar marcadores, sobre todo predictivos de los procesos degenerativos, vasculares o mixtos.

Marquet J. y ostera D., realizaron dosajes plasmáticos en treinta pacientes con demencia degenerativa, encontrando niveles aumentados de galanina, de prohormona convertasa pc7, de transglutaminasa, de noradrenalina, de proteína precursora de amiloide,  de péptido beta amiloide y de proteína tau fosforilada, mientras que la acetilcolina se encontraba sumamente disminuída respecto de los controles sanos.

Marquet J. y Ostera D., realizaron el mismo tipo de estudio en treinta pacientes con demencia mixta, hallando niveles disminuídos de acetilcolina, de su precursor la colina, de serotonina, y de serina, mientras que estaban aumentados, la enzima acetilcolinesterasa, noradrenalina y dopamina, con respecto a los controles.

Marquet J. y Ostera D., realizaron dosajes plasmáticos de treinta personas con envejecimiento cerebral normal, en contraste con los estudios anteriomente descriptos, detallando bajos niveles de péptido beta amiloide insoluble, ausencia del alelo e4 para la apoliporpoteína E, disminución de noradrenalina, dopamina y acetilcolinesterasa, mientras que los niveles de acetilcolina eran normales y se encontraban aumentados los péptidos beta amiloides solubles, la serotonina y los alelos e2/3 para las apolipoproteínas E.

Nagel J. y Marquet J., estudiaron mediante espectroscopía cincuenta cerebros de pacientes con enfermedad de Alzheimer, describiendo disminución de los picos espectroscópicos de adenosin monofosfato y de adenosin difosfórico, de N-acetil aspartato, de creatina y de colina, mientras que se hallaban aumentados los picos de mio inositol, con respecto a los cerebros normales.

Nagel J. y Marquet J., realizaron espectroscopía cerebral de veinte pacientes con encefalopatía por virus de inmunodeficiencia humana, encontrando disminuídos los picos espectroscópicos de adenosin monofosfato, de adenosin difosfórico, de N-acetil aspartato y de creatina, mientras que estaban aumentados los picos de ácido glutámico y de mio inositol, respecto de cerebros de personas sanas.

Nagel J. y Marquet J., analizaron también la espectroscopía cerebral de veinte personas con signos de muerte neuronal, determinando una disminución de los picos de aspartato, creatina y N-acetil aspartato, mientras que estaban aumentados los picos de colina y mio inositol, con referencia a cerebros sanos.

Davis K.L. y cols., realizaron dosajes plasmáticos de quince pacientes con demencia en estadio tres, y encontraron disminución del factor liberador de corticotrofina, de la enzima colina acetil transferasa y de la somatostatina, respecto de controles sanos.

Davis K.L. y cols., realizaron el mismo estudio anterior pero en sesenta y séis pacientes con demencia en estadío uno, hallando solamente disminuídos los niveles del factor liberador de corticotrofina y de la enzima colina acetil transferasa, mientras que la somatostatina estaba normal y se encontraba aumentado el ácido glutámico, respecto de los controles sanos.

Butt A.M. y Logan A., evaluaron por PCR la expresión de los receptores secundarios intranucleares trk en cuarenta pacientes con neurodegeneración, describiendo disminución de la expresividad de los receptores trk A, trk B y trk C, comparados con cerebros sanos.

Gresgson N. y Howd A., realizaron evaluaciones de los factores de crecimiento y de las neurotrofinas en cuarenta pacientes con neurodegeneración, encontrando bajos niveles de factor de crecimiento neuronal, de factor de crecimiento derivado del cerebro, y de neurotrofinas tres y cuatro, respecto de controles sanos.

Berry M. y cols., controlaron por PCR la expresión de la proteína p75 y la matriz de metaloproteínas en veinte pacientes con neurodegeneración, encontrando muy altos niveles de proteína p75 y de la matriz para metaloproteínas dos y tres, respecto de controles sanos.

Mc Curdy S.A. y Hansen M.E., estudiaron la colinesterasa plasmática y la acetil colinesterasa eritrocitaria de veinte pacientes expuestos a organofosforados, describiendo la presencia de muy bajos niveles tanto de colinesterasa plasmática como de acetil colinesterasa eritrocitaria respecto de controles sanos.

Barlow C. y Massoulié M., estudiaron el estado de las isoformas de la enzima acetil colinesterasa en treinta pacientes portadores de demencia, describiendo niveles aumentados de acetil colinesterasa, de butiril colinesterasa, de la isoforma marmorata de acetil colinesterasa y de la isoforma califórnica de acetil colinesterasa, como así también la presencia de una mutación en el gen g-7q22, que codifica para la enzima acetil colinesterasa, respecto de controles sanos.

Boschetti C. y cols., evaluaron la actividad de los sitios de unión de la enzima acetil colinesterasa con la membrana neuronal en cuarenta pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrando disminución de la actividad de los sitios de unión g2atII y g4na, mientras que estaba aumentada la actividad de los sitios de unión g1atI  y g4a, respecto de los controles sanos.

Tariot P.N. y Blazina L., realizaron dosajes plasmáticos y urinarios de sesenta pacientes con demencia, hallando niveles aumentados de dopamina, ácido homovainíllico, calcio iónico, ácido glutámico, alelo e4 para la apolipoproteína E, proteína ntp, proteína p97 y adenosin monofosfato cíclico, respecto de controles sanos.

Cohen J. y Marx M.S., realizaron dosajes plasmáticos de cuarenta pacientes con neurodegeneración, encontrando niveles disminuídos de acetilcolina y serotonina, mientras que estaban aumentados dopamina, noradrenalina, ácido glutámico y calcio iónico, respecto de controles sanos.

Goffries C.G. y cols, descubrieron y describieron una similitud fisiopatológica y neuroquímica entre las demencias y la depresión mayor al estudiar a cincuenta pacientes con demencia y encontrar altos niveles de factor liberador de corticotrofina, de hormona adrenocorticotrofina y cortisol basal, respecto de los controles sanos.

Carter B. y cols, evaluaron el estado de las neurotrofinas en cuarenta pacientes con neurodegeneración, describiendo bajos niveles de factor de crecimiento neuronal, proteína p75, proteína nfkb y expresión de receptores trk, respecto de controles sanos.

Olsen R. y Partenau K., realizaron dosajes de anticuerpos en sesenta pacientes con encefalopatía por virus de inmunodeficiencia humana encontrando sumamente aumentados los niveles de anticuerpos anti gp24, anticuerpos anti gp41, anticuerpos anti gp120 y anticuerpos anti gp71, respecto de controles sanos.

Mayer M. y Benveniste M., estudiaron mediante dosajes enzimáticos a cincuenta pacientes con encefalopatía por virus de inmunodeficiencia humana, y encontraron aumentadas las actividades de las transcriptasas, de las proteasas y de las integrasas, respecto de los controles sanos.

Meldrum B. y Garthwaite J., evaluaron los linfocitos helpers y citotóxicos de cuarenta pacientes con encefalopatía por virus de inmunodeficiencia humana, describiendo una disminución de la actividad de los cd4 y un aumento de la actividad de los cd8, respecto de controles sanos.

Fujita H. y Sato K., estudiaron la región ca1 hipocampal en treinta pacientes con neurodegeneración, detallando un aumento en la expresión del transportador de la glicina, en la expresión del transportador para glutamato-aspartato y en la expresión del transportador de glutamato, mientras que encontraron disminuída la actividad del carrier de los aminoácidos excitatorios, respecto de los controles sanos.

Hefti F. y Mc Kay R., evaluaron el desequilibrio de los factores neurotróficos en veinte pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrando que estaban disminuídos los niveles del factor de crecimiento neuronal, del factor neurotrófico derivado del encéfalo, de las neurotrofinas cuatro y cinco y del factor fibroblástico, respecto de los controles sanos.

Hefti F. y Mc Kay R., completaron el estudio anterior con uno similar sobre treinta pacientes post stroke, describiendo la disminución del factor insulínico, del factor fibroblástico, del factor transformador de crecimiento y del factor neurotrófico, respecto de los controles sanos.

Tsolaki M. y Karamouzis M., buscando desarrollar marcadores para las demencias degenerativas y vasculares, estudiaron veinte pacientes con enfermedad de Alzheimer y veinte pacientes con demencia vascular, detallando la presencia de niveles normales de melatonina en la población con Alzheimer, mientras que estaba aumentada en los pacientes con demencia vascular, y niveles de monoamino oxidasa plaquetaria elevada en el Alzheimer y muy elevada en las demencias vasculares, respecto a los controles sanos.

Lee P. y Farlow M., realizaron dosajes de péptidos en sesenta y dos pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrando niveles elevados de péptido beta amiloide cuarenta, péptido beta amiloide cuarenta y dos, y péptido beta amiloide cuarenta y tres, respecto de los controles sanos.

Ryan K. y Ernst M., estudiaron el estado de los factores de transcripción en cuarenta y dos pacientes con apoptosis encontrando aumentados los niveles de neurotrofinas kb, de proteína p53, de los factores de necrosis tumoral, de la proteína p90 y de la proteína mek1. respecto de los controles sanos.

Lesert M. y Tucholsky J., realizando dosajes plasmáticos en veintiséis pacientes con enfermedad de Alzheimer encontraron aumentada la enzima transglutaminasa, en todos ellos con respecto a los controles sanos.

Gantier R. y Gilbert D., estudiaron los precursores de fosforilación de la proteína tau en treinta y nueve pacientes con enfermedad de Alzheimer, informando que se encontraban aumentados los niveles de presenilina 1, glucógeno sintetasa kinasa, y lógicamente de la proteína tau fosforilada, respecto de los controles sanos.

Mukherjee P. y Pasinetti G., evaluaron el estado de determinados factores inmunitarios en ventisiete pacientes con enfermedad de Alzheimer, descubriendo la elevación de los niveles de el complemento inmunitario c5 ,del derivado anafilatoxin c5, y del receptor para el complemento c5, con respecto de los controles sanos.

Eriksson C. y Winblad B., realizaron dosaje de péptidos en treinta y cinco pacientes con enfermedades neurodegenerativas, informando la existencia de niveles elevados de péptido beta amiloide veinticinco, péptido beta amiloide treinta y cinco mientras que se encontraba disminuída la interleukina 1 beta, respecto de los controles sanos.

Starbuck M. y Martin G., estudiaron el estado de los precursores del beta amiloide en diez y siete pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrando aumentadas las isoformas fe65 de la proteína precursora del amiloide y aumentada a la misma proteína precursora del amiloide con respecto a los controles sanos.

Gerst J. y Raima A., hicieron un dosaje de metaloproteínas en cuarenta y dos pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrando aumentadas las isoformas adam1 para metaloproteínas y adam2 para metaloproteínas, respecto de los controles sanos.

Czech C. y Tremp G., investigando los componentes de las placas seniles en veintisiete pacientes con enfermedad de Alzheimer, informaron aumento de los niveles de presenilina 1, de presenilina 2, de péptido beta amiloide cuarenta y dos, y aumento de la señal para beta catenina, respecto de los controles sanos.

Laakso M. y Frisoni G., estudiaron con resonancia magnética de cerebro a veinte pacientes con síntomas iniciales de demencia, encontrando atrofias importantes en la corteza entorrinal y en el hipocampo, respecto de los cerebros de los controles sanos.

Cummings J. y Jeste D., evaluaron la sobrevida y las fallas cognitivas en cientocuarenta y ocho pacientes con demencia con cuerpos de Lewy y sin cuerpos de Lewy, encontrando en los pacientes con cuerpos de Lewy disminución en la sobrevida y aumento de las fallas cognitivas, mientras que en los que no presentaban cuerpos de Lewy, la sobrevida estaba aumentada y disminuídas las fallas cognitivas, respecto de los controles sanos.

Lawrence A. y sahakian B., evaluaron los niveles de acetilcolina en distintas regiones cerebrales de cincuenta y seis pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrándola disminuída en el cerebro medio basal, en el hipocampo y en la amígdala, con respecto de los controles sanos.

Marti M. y Sbrenna S., realizaron dosajes plasmáticos de veinte pacientes con enfermedad de Parkinson y descubrieron disminución de los niveles de dopamina, disminución en la expresión de los receptores nmda y aumento de los niveles del glutamato, con respecto de los controles sanos.

Epsey M.G. y Ellis R.J., realizaron dosajes de acetilcolina en treinta pacientes con encefalopatía por virus de inmuno deficiencia humana, hallando aumento de la isoforma de acetilcolina ap24, aumento de la isoforma de acetilcolina agp41 y aumento de los niveles de glutamato con respecto de los controles sanos.

Farlow M. y Mayeux R., evaluando los precursores del beta amiloide en cincuenta pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontraron disminución del alelo e2 para apolipoproteína E, disminución del alelo e3 para apolipoproteína E, aumento del alelo e4 para apolipoproteína E, aumento de la proteína precursora del amiloide y aumento de las presenilinas uno y dos, respecto de los controles sanos.

Barret G. y cols., realizando dosajes de los factores de transcripción en sesenta pacientes con procesos de apoptosis, encontraron aumento de los niveles de proteína p75, proteína p53, proteína cjun kinasa y proteína nfk, estando disminuídos los niveles del factor de crecimiento tumoral y de la expresividad de los receptores secundarios intranucleares trkA, respecto de los controles sanos.

Reynolds C. y Betts J.,  evaluaron los niveles de los promotores de la fosforilación de la proteína tau en cuarenta y dos pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrando aumento de los niveles de jun N terminal, de proteína p38, de proteína erk2, de glicógeno sintetasa kinasa 3b, y de proteína activadora kinasa mapk, respecto de los controles sanos.

Snowdon D. y Tully C., estudiaron la relación existente entre el déficit de ácido fólico y la presencia de atrofia cerebral en diez y ocho pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrando disminución de ácido fólico plasmático en presencia de atrofias cerebrales corticales respecto de los controles sanos.

Porter R. y Lunn B., realizaron perfiles neuroquímicos plasmáticos de diez y séis pacientes con enfermedad de Alzheimer , hallando disminuído el triptofano, la serotonina, la acetilcolina, y aumento de dopamina, noradrenalina y glutamato respecto de los controles sanos.

Micic D. y Petronijevic N., evaluaron el sistema enzimático de treinta pacientes intoxicados por aluminio, encontrando disminución de los niveles de las enzimas acetilcolinesterasa y butirilcolinesterasa, mientras que estaba aumentado el nivel de aluminio cerebral, respecto de los controles sanos.

Ekinci F. y Shea T., estudiaron el comportamiento de las especies reactivas al oxígeno en cuarenta pacientes con neurodegeneración, encontrando aumento de los niveles de péptido beta amiloide, de calcio iónico, de todas las especies reactivas al oxígeno y de la proteína tau fosforilada, respecto de controles sanos.

Andreasia E. y Farkasa E., realizaron dosajes plasmáticos de metales en cinco pacientes con enfermedad de Alzheimer, informando de la presencia de hierro, zinc, aluminio y cobre con respecto de los controles sanos.

Alafuzzof I. y Overmyer M., evaluaron la actividad de la microglía y de los astrocitos en cuarenta y dos pacientes con enfermedad de Alzheimer, encontrando aumento de beta amiloide, del alelo e4 para la apolipoproteína E, mientras que la actividad de la microglía y de los astrocitos se encontraba disminuída, respecto de los controles sanos.

Pardo C. y Jiménez M., estudiaron la anatomía patológica de cuarenta y dos cerebros post mortem de pacientes que habían sufrido de enfermedad de Alzheimer, hallando aumento de los niveles de presenilinas y presencia de ovillos neurofibrilares en corteza, hipocampo y cerebelo.

También se han desarrollado marcadores neuroquímicos con la finalidad de evaluar el riesgo de que un paciente enfrente un intento de suicidio.

Bourne y cols., dosaron el metabolito final de la 5 hidroxi triptamina, el ácido 5 hidroxi indol acético, en cuarenta y dos cerebros post mortem de suicidas, encontrándolo disminuído en cerebro posterior, en tronco encefálico, en núcleos del rafe, en tálamo, en protuberancia, en mesencéfalo y en bulbo.

Shaw y cols., analizaron cuarenta cerebros post mortem, evaluando los niveles de serotonina de los mismos, hallando los mismos elevados en los alcohólicos, disminuídos en los depresivos y muy disminuídos en los suicidas.

Kupfer D.J. y cols., realizaron dosajes de neurotransmisores plasmáticos en cincuenta y séis pacientes que habían cometido intento de suicidio, reportando disminución de los niveles de ácido 5 hidroxi indol acético, de colesterol y de serotonina, mientras que se encontraban aumentados el ácido fenil acético y el 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, respecto de los controles sanos.

Guy W. y cols., también realizaron dosajes de neurotransmisores plasmáticos en cuarenta y dos pacientes con intento suicida, encontrando disminuídos los niveles de serotonina, ácido 5 hidroxi indol acético y colesterol, estando a su vez, aumentados los niveles de noradrenalina y de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol respecto de los controles sanos.

Baca E. y Sánchez A., evaluaron los intentos suicidas de cincuenta mujeres teniendo en cuenta la semana del ciclo menstrual en la cual lo habían cometido, reportando un incremento de intentos en la primer semana del ciclo con respecto a la segunda, tercera y cuarta semana.

Marshall S. y Bird T., realizaron dosajes plasmáticos en noventa y tres pacientes con intento de autoeliminación, encontrando niveles aumentados de la enzima triptofano hidroxilasa, de la enzima triptofano dioxigenasa, de la enzima mono amino oxidasa A, de la expresividad de los receptores 5HT1A, de los receptores 5HT1Da, de los receptores 5HT1Db, de los receptores 5HT2A, de los receptores 5HT2C y de los receptores 5HT5A, respecto de los controles sanos.

Glover W. y Colli T., evaluaron el transportador de serotonina en treinta pacientes con intento de suicidio, encontrando a dicho transportador disminuído en su actividad a nivel del rafe dorsal y en los temporales profundos, con respecto a los controles sanos.

Davis K. y Tcherepanov A., estudiaron el perfil neuroquímico de cuarenta pacientes que cometieron intento suicida, informando bajos niveles de serotonina, de ácido 5 hidroxi indol acético, de fenil etil amina y de colesterol, mientras que estaban aumentados los niveles de ácido fenil acético y de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, respecto de los controles sanos.

Un campo de investigación importante y de permanente desarrollo, con la finalidad de obtener marcadores de estado y de rasgo, son los procesos psicóticos, con la intención de encontrar herramientas de prevención y de evaluación de la evolución de la enfermedad durante los tratamientos farmacológicos.

Nagel J. y Marquet J., estudiaron con espectroscopía a cincuenta pacientes con esquizofrenia, encontrando disminuído el pico del adenosin monofosfato a nivel frontal, el pico del N-acetil aspartato a nivel temporal y el pico de creatina a nivel frontal, respecto de los controles sanos.

Rapoport J.L. y cols., analizaron la anatomía patológica cerebral de quince pacientes con esquizofrenia de comienzo infantil, reportando disminución de la sustancia gris frontal y temporal y de la sustancia blanca temporal, respecto de los controles sanos.

Nagel J. y Marquet J., realizaron controles de perfusión mediante tomografía por emisión de fotón único, spect, en veinte pacientes con esquizofrenia, informando una hiperperfusión a nivel de los ganglios basales con una hipoperfusión generalizada de la corteza, respecto de los controles sanos.

González García y González Torres, evaluaron la neuroquímica de treinta y séis pacientes con esquizofrenia, encontrando en los mismos niveles disminuídos de ácido glutámico y niveles aumentados de dopamina, respecto de los controles sanos.

Los mismos investigadores anteriores estudiaron la receptología cerebral de ochenta pacientes con esquizofrenia, reportando un aumento de la expresión de los receptores para kainato, de los receptores muscarínicos, de los receptores sigma opioides, de los receptores para dopamina D2, mientras que encontraron disminuída la expresión de los receptores para N-metil D-aspartato, de los receptores para ácido gama amino butírico y de los receptores para dopamina D1, respecto de los controles sanos.

Morris R.K. y Folstein M.F., realizaron dosajes en plasma y orina de veinticuatro horas de neurotransmisores de treinta y dos pacientes con psicosis, hallando aumentados los niveles de dopamina, de ácido homovanílico, de serina, de N-N dimetil serotonina, bufotenina, de O-metil bufotenina, de N-N dimetil triptamina y de 3-4 dimetoxi fenil etil amina, respecto de los controles sanos.

Goldberg R.J. y Goldberg J., estudiaron la inmunidad en treinta y siete pacientes que presentaban una recaída de su proceso esquizofrénico, informando del aumento de los niveles de la interleukina 1, de la interleukina 2, de los linfocitos T, del complemento CD8 y del complemento CD4, respecto de los controles sanos.

Nakanishi S. y Quearry B., analizaron las interleukinas de cuarenta y tres pacientes con esquizofrenia, encontrando aumentados los niveles de interleukina 6, de interleukina 1 y de interleukina 1 beta, mientras que se encontraban disminuídas la interleukina 2 y la interleukina 10, respecto de los controles sanos.

Nichols D. y Matuisen J., analizaron las inmunoglobulinas de treinta pacientes con esquizofrenia, reportando aumento de los niveles de gamma 2 globulina, de inmunoglobulina G, de inmunoglobulina A y de alfa 2 macroglobulina, respecto de los controles sanos.

Otterraen O. y Storm J., estudiando la expresividad de los receptores para las interleukinas en cincuenta pacientes con esquizofrenia, hallaron aumentada dicha expresividad a nivel de los receptores para interleukina 6, para interleukina 2 alfa y para interleukina 1, respecto de los controles sanos.

Purdy R. y Morrow A., realizaron dosajes de anticuerpos en treinta pacientes con esquizofrenia, reportando presencia de anticuerpos anti cerebro, de anticuerpos anti nucleares, de anticuerpos anti ácido desoxiribonucleico y de anticuerpos anti cerebelo, respecto de los controles sanos.

Reinhard J. y Erickson J., estudiaron el estado de la inmunidad en treinta y dos pacientes con esquizofrenia, informando el aumento de los niveles de la aminopeptidasa 170, del nivel de monocitos, de linfocitos T y del factor de necrosis tumoral alfa, mientras que se encontraba disminuída la concentración del complemento 16 y la concentración del complemento 4, respecto de los controles sanos.

Grof P. y Alda M., investigaron la perfusión cerebral, mediante tomografía por emisión de fotón único, spect, de treinta pacientes con psicosis, encontrando hipoperfusión de la corteza prefrontal dorsolateral e hipoperfusión de la región frontal inferior derecha, respecto de los controles sanos.

Crook J. y Copolov D., analizaron la expresión de los receptores muscarínicos cerebrales subtipos M1 y M4 en quince pacientes con esquizofrenia, hallando dicha expresión disminuída en girus dentado, en cresta de Ammon, en subiculum y en parahipocampo, respecto de los controles sanos.

Glantz L. y Austin M., realizaron dosaje de proteínas en corteza prefrontal de treinta pacientes con esquizofrenia, reportando disminución de los niveles de las proteínas vesiculares sinaptofisina, sinaptotagmina y sinaptobrevina, respecto de los controles sanos.

Altshuler L. y Bartzokis G., estudiaron mediante resonancia magnética funcional a ochenta pacientes con esquizofrenia, encontrando en todos ellos atrofia del hipocampo, respecto de los controles sanos.

Young K. y Manaye K., también estudiaron mediante resonancia magnética funcional el cerebro de ocho pacientes con esquizofrenia, reportando disminución del volúmen de la corteza prefrontal y disminución del volúmen del tálamo, respecto de los controles sanos.

Heckers S. y Curran T., investigaron el flujo cerebral mediante tomografía por emisión de fotón único, spect, en nueve pacientes con esquizofrenia, hallando hipoperfusión a nivel talámico, hipoperfusión en la corteza prefrontal derecha, e hiperperfusión en la corteza prefrontal izquierda, respecto de los controles sanos.

Crespo B. y Andreasen N., realizaron resonancia magnética cerebral funcional de veintiséis pacientes con esquizofrenia, reportando disminución en el volúmen de la sustancia gris frontal y disminución generalizada de la superficie cortical, respecto de los controles sanos.

Votz H. y Riehemann S., estudiaron con espectroscopía cerebral a once pacientes con esquizofrenia, encontrando una disminución del pico de adenosín trifosfórico a nivel del lóbulo frontal, respecto de los controles sanos.

Manoach D. y Gollub R., realizaron resonancia magnética cerebral funcional de nueve pacientes con esquizofrenia, informando como resultado un aumento en la actividad de la corteza prefrontal dorso lateral izquierda, un aumento de la actividad de los ganglios de la base y un aumento de la actividad del tálamo, respecto de los controles sanos.

Sokolov B. y Davis K., realizaron dosaje de proteínas de la membrana plasmática de las neuronas de la corteza temporal en catorce pacientes con esquizofrenia, hallando disminuídos los niveles de sinaptofisina, sinaptotagmina 1, sinaptotagmina 2, sinaptobrevina, sintaxina, proteína snap 25, clathrina, proteína rab 3 alfa y mediatófora, respecto de los controles sanos.

Hunter K. y Schaedle X., realizaron dosaje de proteínas durante el desarrollo cerebral en 20 pacientes con esquizofrenia de comienzo infantil, reportando niveles disminuídos de proteína sonic y niveles disminuídos de proteína desert, respecto de los controles sanos.

También se han desarrollado numerosos estudios en la búsqueda de marcadores biológicos para la identificación de los trastornos bipolares.

Bellivier F. y Leboyen M., estudiaron la actividad enzimática de sesenta pacientes con trastorno bipolar, encontrando un aumento de la actividad de la enzima triptofano hidroxilasa, respecto de los controles sanos.

Rogers S.L. y Doody R., analizaron los niveles de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol en los distintos ciclos de cien pacientes con trastorno bipolar, encontrando niveles de mopeg aumentados en la fase maníaca, mientras que el mismo estaba disminuído en la fase depresiva, respecto de los controles sanos.

Rudolph R.L. y Feiger A.D., estudiaron la neuroquímica de sesenta y tres pacientes en fase maníaca del trastorno bipolar, informando aumento importante de los niveles de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, noradrenalina, adrenalina, dopamina y ácido homovanílico, respecto de los controles sanos.

Mehtonen O.P. y Behnke K., analizaron la neuroquímica de veintiséis pacientes en fase depresiva del trastorno bipolar, hallando disminución de los niveles de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, noradrenalina y adrenalina, respecto de los controles sanos.

Lin S. y Jiang S., evaluaron la actividad enzimática en ciento treinta y dos pacientes que padecían trastorno bipolar, encontrando un aumento de la actividad de la isoforma ca de la monoamino oxidasa A, un aumento de la actividad de la isoforma gt de la monoamino oxidasa B y un aumento de la actividad de la isoforma tg de la monoamino oxidasa B, respecto de los controles sanos.

Grieda T. y Curran J., investigaron mediante resonancia magnética cerebral funcional sesenta cerebros de pacientes con trastorno bipolar, encontrando en todos ellos aumento del volúmen de la amígdala respecto de los controles sanos.

Cooke R. y Waish J., analizaron el estado de los linfoblastos de treinta pacientes con trastorno bipolar I, reportando una disminución del adenosín monofosfato cíclico, y un aumento de los niveles de calcio iónico, adenil ciclasa y proteína G ligada a linfoblastos, respecto de los controles sanos.

El síndrome perimenstrual es un trastorno que ha originado el interés de los investigadores en cuanto al hallazgo de marcadores neuroquímicos.

Entsuah R. y Salinas E.A., estudiaron la neuroquímica de treinta y tres pacientes con síndrome perimenstrual, hallando niveles aumentados de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, de noradrenalina y de adrenalina, mientras que se encontraban disminuídos los niveles de ácido gama amino butírico y prolactina respecto de los controles sanos.

Kaplan H. y Sadock B., también estudiaron la neuroquímica de treinta pacientes con síndrome perimenstrual, informando niveles aumentados de triptofano plasmático, de noradrenalina, y de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, mientras que se encontraban disminuídos los niveles de serotonina y melatonina, respecto de los controles sanos.

Nuevamente Kaplan H. y Sadock B., dosaron los niveles de endorfinas en cincuenta pacientes con síndrome perimenstrual, informando niveles aumentados de beta endorfinas en líquido cefalorraquídeo, mientras que las mismas beta endorfinas se encontraban disminuídas en plasma, respecto de los controles sanos.

Para los trastornos adictivos también se han desarrollado diversas investigaciones respecto a la obtención de marcadores biológicos.

Nagel J. y Marquet J., estudiaren mediante picos espectroscópicos a cincuenta pacientes adictos a cocaína, determinando disminución de los picos espectroscópicos de colina y de N-acetil aspartato a nivel temporal y aumento de los picos de creatina y mio inositol a nivel frontal, respecto de los controles sanos.

Nagel J. y Marquet J., también estudiaron la perfusión cerebral mediante tomografía por emisión de fotón único, spect, en cincuenta pacientes adictos a la cocaína, encontrando hipoperfusión a nivel frontal y del sistema límbico, mientras que había hiperperfusión temporal, respecto de los controles sanos.

Bobes J. y cols., investigaron la actividad de los receptores cerebrales de 30 pacientes heroinómanos, reportando aumento de la actividad de los receptores tipo I imidazolínicos y aumento de la actividad de los receptores alfa 2 adrenérgicos, respecto de los controles sanos.

Costa P.T. y Williams T.F., analizaron la neuroquímica de treinta pacientes con trastorno adictivo crónico, encontrando disminución de los niveles de dopamina y ácido homovanílico, mientras que estaban aumentados los niveles del ácido glutámico, respecto de los controles sanos.

Madhusoodanan S. y Brener R., estudiaron la neuroquímica de cuarenta pacientes con trastorno adictivo agudo, informando haber encontrado niveles aumentados de dopamina y ácido homovainílico, mientras que hallaron disminuídos los niveles de serotonina y ácido 5 hidroxi indol acético, respecto de los controles sanos.

Reisberg B. y cols., investigando la neuroquímica de treinta pacientes con intoxicación alcohólica aguda, descubrieron niveles aumentados de 5 hiroxi etanol, de ácido 5 hidroxi indol acético y de dopamina, respecto de los controles sanos.

Cotman C.W. y Kahle J.S., estudiaron la expresión receptorial en cuarenta pacientes con alcoholismo agudo, reportando aumento de la expresión de los receptores para ácido gama amino butírico subtipo A, aumento de la expresión de los receptores 5HT3, mientras que estaba disminuída la expresión de los receptores mu opioides y de los receptores glutamatérgicos N-metil D-aspartato, respecto de los controles sanos.

Erlander M.G. y Tobin A.J., investigaron la neuroquímica de cuarenta pacientes con alcoholismo agudo, encontrando niveles aumentados de proteína gamma 2, de potasio y de calcio iónico, respecto de los controles sanos.

Haefey W. y cols., analizaron la neuroquímica de veinte pacientes con alcoholismo agudo, hallando niveles disminuídos de adrenalina, de noradrenalina, de acetil colina y de la actividad de la enzima monoamino oxidasa B, mientras que los niveles de dopamina estaban aumentados, respecto de los controles sanos.

Hayashi Y. y Sekiyama N., dosaron las neurohormonas de cincuenta pacientes con alcoholismo agudo, e informaron niveles aumentados de glicina y de factor liberador de corticotrofina, mientras que se encontraban disminuídos los niveles de neurotrofinas y citokinas, respecto de los controles sanos.

Heyes M. y Saito K., estudiaron la expresión de receptores cerebrales de treinta pacientes con alcoholismo crónico, describiendo disminución de la expresión para los receptores GABA A, disminución de la expresión para los receptores secundarios intranucleares trk B, y aumento de la expresión para los receptores glutamatérgicos N-metil D-aspartato, respecto de los controles sanos.

Ishii T. y Moriyoshi K., realizaron dosajes de proteínas en cuarenta pacientes con alcoholismo crónico, resultando del estudio una disminución de los niveles de las proteínas gamma 2, de las proteínas alfa 6  y de las proteínas beta 2, respecto de los controles sanos.

Juroky F. y Tamura F., analizaron la neuroquímica de sesenta pacientes con alcoholismo crónico, encontrando niveles aumentados de noradrenalina, de adrenalina, de calcio iónico y del factor liberador de corticotrofina, mientras que estaban disminuídos los niveles de serotonina y de dopamina, respecto de los controles sanos.

Kemp J. y Leeson P., evaluaron el estado de los protooncogenes en treinta pacientes con alcoholismo crónico, reportando aumento de tetrahidro quinolinas y aumento en la expresión de los protooncogenes fras y cart, respecto de los controles sanos.

Lodge D. y Scheep D., realizaron dosajes de proteínas traslatorias intraneuronales en treinta pacientes con alcoholismo crónico, determinando disminución de la actividad de las proteínas stat, de las proteínas map, de las proteínas erk y del coagonista gluatamatérgico glicina, respecto de los controles sanos.

Luddens H. y Wisden W., investigaron la neuroquímica y la receptología de veinte pacientes con intoxicación cocaínica aguda, reportando disminución de la expresión de los autoreceptores para dopamina subtipo D2, disminución de la expresión de los receptores para serotonina en la región amigdalina, aumento de la expresión de los heteroreceptores para dopamina subtipo D1, aumento de los niveles de dopamina en la región tegmental y aumento de la dopamina en el núcleo acumbens, respecto de los controles sanos.

Town T. y Abdullah L., investigaron la receptología de cuarenta pacientes alcohólicos, determinando la disminución de la expresión de los receptores para dopamina subtipo D2, el aumento de la expresión de los receptores mu opioides, y el aumento de la expresión de los receptores para dopamina subtipo D4, respecto de los controles sanos.

Christensen J. y Kaufman M., estudiaron con espectroscopía el cerebro de veinte pacientes cocainómanos, encontrando aumentados los picos espectroscópicos de colina y de N-acetil aspartato a nivel frontal, con respecto de los controles sanos.

Con respecto a los trastornos de ansiedad también se han desarrollado muchas investigaciones con la finalidad de establecer marcadores que sirvan para identificar dichos procesos y controlar su evolución.

Cunningham L.A. y cols., estudiaron la neuroquímica de ciento diesisiete pacientes con trastorno de ansiedad y hallaron niveles elevados de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, de noradrenalina, de fenilalanina, de fenil etil amina y de ácido fenil acético como así también de la actividad de la enzima mono amino oxidasa A, mientras que estaban disminuídos los niveles de serotonina y de ácido 5 hidroxi indol acético, con respecto de los controles sanos.

Kelsey J.E. y cols., investigaron el sistema neuropeptidérgico de setenta y dos pacientes con trastorno de ansiedad, concluyendo que estaban disminuídos los neuropéptidos orfanin fq, el A natriurético y el neuropéptido Y, mientras que se encontraba aumentado el C natriurético, con respecto de los controles sanos.

Merriam A.E. y Aronson M.K., estudiaron las neurohormonas de cuarenta pacientes con trastorno de ansiedad, reportando niveles aumentados de adrenalina, de cortisol, de hormona de crecimiento y de prolactina, encontrando disminuídas a la testosterona y a la melatonina, respecto de los controles sanos.

Kimbrell T. y Benson B., analizaron el metabolismo cerebral mediante resonancia magnética funcional de cuarenta pacientes con trastornos de ansiedad, hallando hipermetabolismo de las áreas cerebrales correspondientes a la zona frontal bilateral, al gyrus cingulado derecho y a la corteza prefrontal derecha, respecto de los controles sanos.

Maayan R. y Yagorowsky Y., estudiaron la neuroquímica de diesisiete pacientes con trastorno de ansiedad, describiendo aumento de los niveles de cortisol y de sulfato de dehidroepiandrosterona, respecto de los controles sanos.

Folstein M.F. y McHugh P.R., investigaron la neuroquímica de cincuenta pacientes con trastorno fóbico, informando niveles aumentados de serotonina, de ácido 5 hidroxi indol acético y la presencia de N-N dimetil triptamina, respecto de los controles sanos.

Wragg R.E. y Jeste D.V., analizaron la neuroquímica de setenta pacientes con trastorno de pánico, reportando niveles aumentados de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, de noradrenalina, de adrenalina, de serotonina y de ácido 5 hidroxi indol acético, respecto de los controles sanos.

Perlmutter S.J. y Garney M.A., investigaron el sistema inmunológico de treinta pacientes con trastorno obsesivo compulsivo, encontrando en todos ellos muy disminuídos los niveles de inmunoglobulina G, respecto de los controles sanos.

Auer S.R. y Monteiro L.M., estudiaron la neuroquímica de cuarenta y tres pacientes con trastorno obsesivo compulsivo, informando del aumento de los niveles de serotonina, de ácido 5 hidroxi indol acético y la presencia de ortho metil bufotenina, respecto de los controles sanos.

Mangold D. y Peyrot M., investigaron el sistema opioide de treinta y cinco pacientes con trastorno obsesivo compulsivo, encontrando en todos ellos muy aumentada la actividad de los péptidos opioides, respecto de los controles sanos.

Rosenberg D. y Benazon N., analizaron mediante resonancia magnética funcional el cerebro de once pacientes con trastorno obsesivo compulsivo, hallando un franco aumento del volúmen talámico, con hipermetabolismo del área frontal y disminución de la actividad en los núcleos de la base, respecto de los controles sanos.

Poirier M.F. y Boyer P., investigando la neuroquímica de ochenta pacientes con stress post traumático, hallaron niveles aumentados de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, de noradrenalina y de adrenalina, mientras que estaba notablemente disminuída la prolactina, respecto de los controles sanos.

Troy S.M. y DiLea C., analizaron la neuroquímica de sesenta y séis pacientes con distress, informando niveles aumentados de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, de noradrenalina y de adrenalina, mientras que encontraron disminuídos los niveles de los antioxidantes totales, endógenos naturales, de la superóxido dismutasa y del glutatión per oxidasa, respecto de los controles sanos.

Barbaccia M.L. y Guarneri P., investigando la neuroquímica de noventa y dos pacientes con síndrome de fatiga crónica, hallaron niveles aumentados de cortisol, de factor liberador de corticotrofina, de hormona adreno cortico trofina y de óxido nítrico, mientras que encontraron disminuídos los niveles de todos los antioxidantes endógenos y de la superóxido dismutasa y el glutation per oxidasa, respecto de los controles sanos.

Delahanty D. y Raimonde J., analizaron el cortisol urinario de cincuenta pacientes con trastorno de stress post traumático, encontrando en todos ellos niveles muy aumentados de cortisol urinario, durante el mes posterior al trauma y respecto de los controles sanos.

También para los trastornos de la alimentación se han realizado múltiples investigaciones con la finalidad de determinar marcadores biológicos y neuroquímicos que sean de utilidad para diagnosticar y seguir la evolución de éstas patologías.

Small G.W. y Rabins P.V., estudiaron la neuroquímica de cien pacientes con trastornos de la alimentación, informando de la elevación de los niveles de la serotonina y del ácido 5 hidroxi indol acético, mientras que la serina se encontraba disminuída, con respecto a los controles sanos.

Johanssen G. y Rissber J., investigaron la neuroquímica y la receptología de cincuenta pacientes con bulimia, determinando niveles aumentados de noradrenalina y de la expresión de los receptores beta adrenérgicos, mientras que se encontraban disminuídos los niveles de dopamina y serotonina y la expresión de los receptores alfa adrenérgicos, respecto de los controles sanos.

Lozzof B. y Felt B., analizaron la neuroquímica y la receptología de cincuenta pacientes con anorexia, encontrando aumentados los niveles de dopamina y serotonina al igual que la expresión de los receptores alfa adrenérgicos, mientras que estaban disminuídos los niveles de noradrenalina y la expresión de los receptores beta adrenérgicos, respecto de los controles sanos.

Mendels J. y Paykel E., estudiando la neurotransmisión de cuarenta pacientes con anorexia hallaron niveles disminuídos de noradrenalina, de 3 metoxi 4 hidroxi fenil etil glicol, de ácido homovaníllico y de ácido 5 hidroxi indol acético, mientras que estaba aumentado el cortisol basal con respecto de los controles sanos.

Kirmayer L. y Young A., investigaron la receptología de cuarenta pacientes con anorexia, informando del aumento de la expresión de los receptores alfa adrenérgicos y de los receptores opioides, con respecto de los controles sanos.

Auquiel P. y Hodgkinson M., realizaron dosajes hormonales de cuarenta pacientes con anorexia, informando niveles normales de tirotrofina y de prolactina, niveles aumentados de factor liberador de corticotrofina y de adrenocorticotrofina y niveles disminuídos de triiodotironina, de tiroxina y de hormona luteinizante, respecto de los controles sanos.

Lam D. y Green B., realizaron pruebas neuroendócrinas de sesenta pacientes con anorexia, informando la presencia de niveles aumentados de la respuesta de hormona luteinizante por estimulación con naloxona, mientras que se encontraban aplanadas las respuestas de tirotrofina por estimulación con el factor liberador de tirotrofina y de prolactina por estimulación con el factor liberador de tirotrofina, respecto de los controles sanos.

Shader R. y Greenblatt D., estudiaron sesenta pacientes con anorexia mediante dosajes plasmáticos, encontrando aumentados los niveles de colesterol, triglicéridos, apolipoproteína B y glicina, respecto de los controles sanos.

Demyttenaere H. y Lenaerts P., estudiaron la neuroquímica de cuarenta pacientes con bulimia, determinando la presencia de niveles aumentados de ácido 5 hidroxi indol acético y la expresión de los receptores alfa adrenérgicos mientras que estaban disminuídos los niveles de noradrenalina, respecto de los controles sanos.

Wagner F. y Nigel J., realizaron dosajes hormonales de cincuenta pacientes con bulimia, encontrando solamente aumentada la tiroxina libre mientras que estaban disminuídas la triiodotironina, la prolactina, el estradiol, la progesterona, la hormona folículoestimulante y la hormona luteinizante, respecto de los controles sanos.

Keller M. y Wittchen H., investigaron a cuarenta pacientes con bulimia mediante dosajes plasmáticos, informando la existencia de niveles disminuídos de colesterol, triglicéridos y apolipoproteína B,  mientras que estaba elevada la respuesta de la prueba de hormona luteinizante estimulada por factor liberador de hormona luteinizante, respecto de los controles sanos.

Hinney A. y Schneider J., estudiaron la receptología de ciento nueve pacientes con anorexia, encontrando en todos ellos un aumento en la expresividad y en la actividad de los receptores dopaminérgicos subtipo D4, respecto de los controles sanos.

Carrasco J. y Marsá M., estudiaron a treinta pacientes con trastorno de la alimentación mediante dosajes enzimáticos, informando niveles disminuídos de monoamino oxidasa plaquetaria en las anorexias y niveles sumamente disminuídos de la misma enzima en los pacientes con bulimia, respecto de los controles sanos.

Seed J. y Dixon R., investigaron los niveles de cortisol urinario en ochenta pacientes con anorexia, encontrando en todos ellos los niveles de cortisol aumentados, respecto de los controles sanos.

Wolfe B. y Metzger E., investigaron el control neuroendócrino serotoninérgico en treinta pacientes con bulimia informando un aplanamiento en la respuesta de la prueba de prolactina post estimulación con fenfluramina, respecto de los controles sanos.

Verma A. y Hisrsch C., estudiando la receptología de sesenta pacientes con obesidad hallaron aumentada la expresión de los receptores para serotonina subtipo 5HT1A, mientras que dicha expresión estaba disminuída para los receptores de serotonina subtipos 5HT1B, 5HT1C, 5HT2 y 5HT4 respecto de los controles sanos.

Vogel Z. y Barg R., investigaron la receptología de cuarenta pacientes obesos, hallando disminuída la expresión de los receptores para el factor liberador de corticotrofina subtipos 1 y 2, respecto de los controles sanos.

Walaas S. y Greengard P., también estudiaron la receptología de treinta y séis pacientes con obesidad encontrando aumentada la expresión de los receptores para neuropéptido Y subtipos 1 y 5, mientras que estaba disminuída la expresión para los receptores referentes a neuropéptido Y subtipos 2, 3 y 4, respecto de los controles sanos.

Williams J. y Bliss T., investigando la receptología de veintiocho pacientes con obesidad encontrando disminuídos la expresión de receptores para hormona melanocortina subtipos alfa 1, 2 , 3 y 4, respecto de los controles sanos.

Zang J. y Snyder S., estudiando la receptología de cuarenta y séis pacientes con obesidad, informaron la presencia de niveles de expresión disminuídos para receptores referentes a neuropéptido CART subtipos 1 y 2, respecto de los controles sanos.

Kras K. y Hausman D., evaluaron la inmunidad de treinta pacientes con obesidad, encontrando niveles aumentados de factor de necrosis tumoral, de factor de crecimiento insulínico y de proliferación de adipocitos tipo 3, respecto de los controles sanos.

Rossmu E. y Nicklas B., analizaron el movimiento hormonal de cincuenta pacientes con obesidad, encontrando niveles aumentados de leptina y de hormonas sexuales, respecto de los controles sanos.

Martin R. y Dean R., evaluaron los precursores de adipocitos en cincuenta fetos con sobrepeso, informando la presencia de niveles aumentados de receptores activadores de la proliferación peroxismal y niveles aumentados de células estroma vasculares, respecto de los controles sanos.

Rankinen T. y Gagnon J., estudiaron a quinientos veintidós pacientes de sexo femenino con obesidad, mediante dosajes plasmáticos, hallando en todas ellas aumento del angiotensinógeno, respecto de los controles sanos.

Lautario T. y Davies M., estudiaron el estado de los neuropéptidos en cincuenta pacientes obesos, encontrando niveles aumentados de neuropéptido Y y de leptina, respecto de los controles sanos.

Diaz M. y Carrasco J., realizaron dosajes enzimáticos de setenta y dos obesos, informando la presencia de niveles disminuídos de mono amino oxidasa plaquetaria, respecto de los controles sanos.

López Mato A. y Boullosa O., estudiaron la neuroquímica de cincuenta pacientes obesos, encontrando niveles disminuídos de serotonina plaquetaria y niveles aumentados de noradrenalina, respecto de los controles sanos.

Brenerton T.D. y cols., analizaron a ochenta y un pacientes obesos con dosajes de neuropéptidos informando la presencia de niveles aumentados de neuropéptido Y y de neuropéptido agouti, respecto de los controles sanos.

Connan F. y Treasure J., dosaron las sincretinas de cuarenta y dos pacientes con obesidad, informando la presencia de niveles aumentados de hormona melano cortina, de orexina A y de orexina B, respecto de los controles sanos.

Kaye W. y cols., investigaron las sustancias catabólicas de treinta y dos pacientes con obesidad, encontrando aumentada solamente a la leptina, mientras que estaban disminuídas el factor liberador de corticotrofina, la serotonina, la hormona alfa melanocítica, la colecistoquinina, el factor liberador de glucagón tipo 1, la hormona somatotrofina, la bombesina y la neurotensina, respecto de los controles sanos.

Leibowitz S. y cols., realizaron dosajes de sustancias anabólicas en cuarenta y tres personas obesas, encontrando niveles aumentados de neuropéptido Y, de neuropéptido agouti, de hormona melanocortina, de hormona de crecimiento, de noradrenalina, de dopamina, de orexina A, de orexina B, de galanina y de beta endorfina, respecto de los controles sanos.

Contreras M. y Parral J., investigaron a sesenta pacientes obesos con dosajes protéicos, informando la presencia de niveles aumentados de leptina y de niveles disminuídos de proteína de transcripción STAT III, respecto de controles sanos.

Frank G. y Kaye W., estudiaron los neuropéptidos de veinte pacientes con anorexia, hallando niveles aumentados de vasopresina y de ocitocina, respecto de los controles sanos.

Altemos M. y Green C., investigaron los neuropéptidos de veinte pacientes con bulimia, encontrando niveles aumentados de vasopresina y de ocitocina.

Para los trastornos del desarrollo cerebral fueron pocos los estudios realizados en busca de marcadores biológicos predictores.

Edelson S.M. y cols., estudiaron la estructura y la neuroquímica de veinticinco pacientes con autismo, encontrando disminuído el volúmen de los lóbulos séis y siete del cerebelo y la cantidad de células de Purkinje, mientras que también estaban disminuídos los niveles de serotonina a nivel plaquetario, respecto de los controles sanos.

Becker C.M. y Betz H., analizaron la actividad de los segundos mensajeros, de los aminoácidos cerebrales excitatorios y la presencia de dimetilación en cien pacientes con retraso mental y daño cerebral, informando la disminución de la actividad de los segundos mensajeros adenosín monofosfato cíclico e inositol trifosfórico, mientras que el principal aminoácido cerebral excitatorio, el glutamato se encontraba aumentado en sus niveles plasmáticos, y se encontraba presente el dimetilado dimetil serotonina o bufotenina, con respecto de los controles sanos.

Pisano J. y Birren S., investigaron la receptología y la actividad enzimática de treinta pacientes con inmadurez cerebral, encontrando disminuída la expresión y la actividad de los receptores secundarios intranucleares trk en sus tres tipos A, B y C mientras que la actividad de la enzima tirosina hidroxilasa también estaba disminuída, respecto de los controles sanos.

 
Referencias Bibliográficas



 

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