"Consejos para ser bella"
Para labios atractivos:
Habla con palabras amables.
Para ojos adorables:
Busca lo bueno en las personas.
Para una figura esbelta:
Comparte tu comida con el hambriento.
Para un cabello hermoso:
Deja que un niño pase sus dedos a través de ellos una
vez al día.
Para el porte,
Camina con el conocimiento de que nunca caminaras
sola.
Las personas, aun más que las cosas tienen que ser
reafirmadas, renovadas, revitalizadas, reclamadas, y redimidas.
Nunca pases por encima de nadie.
Recuerda, si alguna vez necesitas una mano que te
ayude la encontraras el final de tu propio brazo.
A medida que envejeces, descubrirás que tienes dos
manos, una para ayudarte, la otra para ayudar a los demás.
La belleza de una mujer no esta en las ropas que usa,
la figura que ella tiene, o la forma que peina su pelo.
La belleza de una mujer debe verse en el interior de
sus ojos, porque esa es la puerta al corazón, el lugar
donde habita el amor.
La belleza de una mujer no esta en su rostro, pero la
verdadera belleza en una mujer esta reflejada en su alma.
Es el cuidado que amorosamente da, la pasión que ella
muestra, y la belleza de una mujer sólo crece con el pasar de los
años!
Audrey Hepburn
La Roca
Cuentan que un muy buen hombre vivía en el
campo, pero tenía problemas físicos, cuando un día se
le apareció Jesús y le dijo: "Necesito que vayas hacia
aquella gran roca de la montaña, y te pido que la
empujes día y noche durante un año".
El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas
palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme
roca de varias toneladas, que Jesús le mostró.
Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día
tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro. A
las pocas semana llegó el diablo y le puso
pensamientos en su mente: "¿Por qué sigues obedeciendo
a Jesús? Yo, no seguiría a alguien, que me haga
trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es
estúpido, que sigas empujando esa roca, nunca la vas a
mover".
El hombre, trataba de pedirle a Jesús que le
ayudara, para no dudar de su voluntad, y aunque no
entendía, se mantuvo en pié con su decisión de empujar.
Con los meses, desde que se ponía el sol hasta
que se ocultaba, aquel hombre, empujaba la enorme roca
sin poder moverla, mientras tanto, su cuerpo se
fortalecía, sus brazos y piernas se hicieron fuertes,
por el esfuerzo de todos los días.
Cuando se cumplió el tiempo, el hombre elevó
una oración a Jesús y le dijo: "Ya he hecho lo que me
pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni
un centímetro" .
Y se sentó a llorar amargamente, pensando en
su muy evidente fracaso.
Jesús apareció en ese momento y le dijo: "¿Por
qué lloras?¿Acaso no te pedí que empujaras la roca? Yo
nunca te pedí que la movieras, en cambio mírate, tu
problema físico ha desaparecido. NO has fracasado, yo
he conseguido mi meta, y tú fuiste parte de mi plan".
El Cielo
Un hombre, su caballo
y su perro, caminaban por una calle.
Después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta que los tres habían muerto
en un accidente.
Hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva
condición.
La caminata era muy larga, cuesta arriba, el sol era fuerte y los tres
estaban empapados en sudor y con mucha sed.
Precisaban desesperadamente agua.
En una curva del camino, avistaron un portón magnífico, todo de mármol, que
conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual
había una fuente de donde brotaba agua cristalina.
El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba de la
entrada.
- Buen día - dijo el caminante
- Buen día - respondió el hombre
- ¿Qué lugar es este, tan lindo? - pregunto el caminante
- Esto es el Cielo - fue la respuesta
- Que bueno que nosotros llegamos al Cielo, estamos con mucha sed, dijo el
caminante
- Usted puede entrar a beber agua a voluntad - dijo el guardián,
indicándole la fuente.
- Mi caballo y mi perro también están con sed.
- Lo lamento mucho - le dijo el guarda - Aquí no se permite la
entrada de animales.
El hombre se sintió muy decepcionado porque su sed era grande.
Mas el no bebería, dejando a sus amigos con sed. De esta manera, prosiguió
su camino.
Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio
multiplicados, llegaron a un sitio, cuya entrada estaba marcada por un
portón viejo semi-abierto.
El portón daba a un camino de tierra, con árboles de ambos lados que le
hacían sombra.
A la sombra de uno de los árboles, un hombre estaba recostado, con la cabeza
cubierta por un sombrero, parecía que dormía.
- Buen día - dijo el caminante
- Buen día - respondió el hombre
- Estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
- Hay una fuente en aquellas piedras - dijo el hombre indicando el lugar, -
Pueden beber a voluntad.
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su
sed.
- Muchas gracias - dijo el caminante al salir.
- Vuelvan cuando quieran - respondió el hombre
- A propósito - dijo el caminante - ¿cuál es el nombre de este lugar?
- Cielo - respondió el hombre.
- ¿Cielo? ¡Mas si el hombre en la guardia de al lado del portón de mármol me
dijo que allí era el cielo!
- Aquello no es el cielo, aquello es el infierno.
El caminante quedó perplejo.
- Mas entonces - dijo el caminante - esa información falsa debe causar
grandes confusiones.
- De ninguna manera - respondió el hombre - En verdad ellos nos hacen un
gran favor.
Porque
allí quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.
La Vida
Hay momentos en la vida en los que extrañas tanto a algunas personas, que quisieras sacarlas de tus sueños y envolverlas en un abrazo.
Sueña lo que desees soñar; ve a donde desees ir; sé lo que deseas ser, porque solamente tienes una vida y una oportunidad para hacer las cosas que deseas hacer.
Ten la suficiente felicidad que te haga dulce, los suficientes tropiezos que te hagan fuerte, la suficiente tristeza que te haga humano y la suficiente esperanza que te haga feliz.
Siempre ponte en los zapatos de otras personas. Si sientes que te
duele, probablemente le dolerá a esa persona también.
La mayoría de la gente feliz no necesariamente tiene lo mejor de cada cosa; ellos solamente toman lo mejor de las cosas que aparecen a lo largo de su camino.
La felicidad existe para aquellos que lloran, aquellos que les
duele, aquellos que han buscado, aquellos que han tropezado; porque
solamente ellos pueden apreciar la importancia de las personas que han tocado sus vidas.
La vida comienza con una sonrisa, crece con un beso y termina con una
lágrima.
El futuro brillante estará basado siempre en un pasado olvidado; no puedes continuar con tu vida hasta que dejes escapar tus fracasos del pasado y los dolores de corazón.
Cuando tu naciste, estabas llorando y todos alrededor tuyo estaban
sonriendo.
Vive tu vida de manera que cuando mueras seas tu quien esté sonriendo.
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