Los
criterios internacionales de diagnóstico de acuerdo al
DSM-IV TR son los que a continuación se detallan:
A. Alguna de las siguientes posibilidades:
(1) interrupción (o disminución) de un consumo abundante y
prolongado (varias semanas o más) de opiáceos (morfina, heroína, opio, codeina,
meperidina, metadona, propoxifeno)
(2) administración de un antagonista opiáceo después de un
período de consumo de opiáceos
B. Tres (o más) de los siguientes signos y síntomas, que aparecen de
pocos minutos a varios días después del Criterio A:
(1) humor disfórico
(2) náuseas o vómitos
(3) dolores musculares
(4) lagrimeo o rinorrea
(5) dilatación pupilar, piloerección o sudoración
(6) diarrea
(7) bostezos
(8) fiebre
(9) insomnio
C. Los síntomas del Criterio B provocan malestar clínicamente
significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad
del individuo.
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor
por la presencia de otro trastorno mental.
La característica esencial de la abstinencia de opiáceos es la presencia de un síndrome
de abstinencia característico que se presenta tras la interrupción (o disminución) de
un consumo abundante y prolongado de opiáceos. El síndrome de abstinencia también puede
ser provocado por la administración de un antagonista opiáceo (p.ej., naloxona o
naltrexona) tras un período de consumo de opiáceos (Criterio A2). La abstinencia de
opiáceos se caracteriza por un patrón de signos y síntomas contrarios a los efectos
agonistas agudos. Los primeros de éstos son subjetivos y consisten en síntomas de
ansiedad, inquietud y sensación de dolor que con frecuencia se localiza en la espalda y
las piernas, acompañados de una necesidad irresistible de obtener opiáceos (craving)
y un comportamiento de búsqueda de droga, además de irritabilidad y mayor sensibilidad
al dolor. Debe haber tres o más de los siguientes síntomas para establecer el
diagnóstico de abstinencia de opiáceos: humor disfórico; náuseas o vómitos; dolores
musculares; lagrimeo o rinorrea; midriasis, piloerección o aumento de la sudoración;
diarrea; bostezos; fiebre, e insomnio (Criterio B). La piloerección y la fiebre se
asocian a la abstinencia grave, y no se observan con frecuencia en la preáctica clínica,
dado que los pacientes con dependencia de opiáceos suelen obtener las sustancias antes de
que la abstinencia esté tan avanzada. Estos síntomas de abstinencia de opiáceos deben
provocar un malestar clínicamente significativo o un deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo (Criterio C). Los síntomas no se deben a
enfermedad médica ni se explican mejor por otro trastorno mental.
En la mayoría de los sujetos que son dependientes de drogas de acción corta como la
heroína, los síntomas de abstinencia aparecen entre las 6 y las 24 horas después de la
última dosis. En el caso de drogas de acción más prolongada como la metadona o el LAAM
(1-alfa-acetilmetadol), los síntomas pueden tardar 2-4 días en aparecer. Los síntomas
agudos de la abstinencia de opiáceos de acción corta como la heroína habitualmente
alcanzan un máximo entre 1 y 3 días, remitiendo gradualmente en un período de 5-7
días. Los síntomas de abstinencia menos aguda pueden prolongarse durante semanas o
meses. Estos síntomas más crónicos incluyen ansiedad, disforia, anhedonía, insomnio y
anhelo de droga (craving).
|