ansiedad, irritabilidad,
vértigo, cefaleas, parestesias, sequedad bucal, trastornos visuales,
alteraciones gastrointestinales y reacciones cutáneas (tales como rash,
prurito, urticaria y rubor).
Algunos de los efectos mencionados pueden deberse a la enfermedad
subyacente y desaparecen en la mayoría de los casos con la continuación
del tratamiento. En casos aislados se han registrado estados de confusión,
pero que desaparecieron rápidamente al suspender la medicación.
Contraindicaciones
Hipersensibilidad conocida a la moclobemida o a
cualquiera de sus excipientes. Estados de confusión aguda. La moclobemida
no debe emplearse en pediatría, ya que falta aún la correspondencia
experiencia clínica.
La administración simultánea de moclobemida con selegilina (deprenil)
está contraindicada.
Contraindicación relativa: La acción farmacológica
sistémica de agentes simpaticomiméticos puede posiblemente ser
intensificada y prolongada por el tratamiento simultáneo con moclobemida.
Precauciones y
Advertencias
Como es habitual en la terapéutica antidepresiva, los
pacientes con tendencias suicidas deben ser estrictamente vigilados.
Como ocurre con otros antidepresivos, puede manifestarse una exacerbación
de los síntomas esquizofrénicos al tratar a pacientes depresivos con
psicosis esquizofrénicas o esquizoafectivas. Siempre que sea posible,
debe proseguirse la medicación a largo plazo con neurolépticos en estos
pacientes.
Generalmente durante la terapéutica con moclobemida no son necesarias
restricciones dietéticas especiales. Pero dado que algunos pacientes
pueden experimentar hipersensibilidad a la tiramina, todos los pacientes
deben ser advertidos de la necesidad de no consumir grandes cantidades de
alimentos ricos en tiramina.
En general, con moclobemida no disminuye el rendimiento en actividades que
requieren una atención especial (por ejemplo, conducir un vehículo). Sin
embargo, en la fase inicial del tratamiento debe vigilarse la reacción de
cada paciente.
En los pacientes tratados con moclobemida, el empleo adicional de otras
drogas que potencian la serotonina, así como muchos otros antidepresivos,
en especial en combinaciones múltiples, deben administrarse con precaución.
Esta situación es particularmente válida para la clomipramina, ya que en
casos aislados la combinación ha ocasionado signos y síntomas severos
que incluyen hipertermia, confusión, hiperreflexia y mioclonía, señales
evidentes de la hiperactividad serotoninérgica. Si tales síntomas se
presentaran, el paciente será rigurosamente controlado por el médico (si
es preciso, hospitalizado) y recibirá un tratamiento adecuado. Similar
precaución se tendrá en cuenta con respecto a la terapia con una
antidepresivo tricíclico o de otra clase, la cual puede iniciarse
inmediatamente después de discontinuar moclobemida (es decir, sin período
de lavado) y viceversa. Cuando se cambia a moclobemida, la dosis no debe
superar los 300 mg por día, durante la primera semana.
Si existiera un tratamiento anterior con un IMAO no selectivo, es preciso
dejar transcurrir, como con cualquier otro antidepresivo, un lapso de 14 días
antes de iniciar el tratamiento con moclobemida.
Después de la administración simultánea de moclobemida y
dextrometorfano se han comunicado casos aislados de efectos adversos sobre
el sistema nervioso central. Dado que los medicamentos para la tos y el
resfrío pueden contener dextrometorfano, éstos no deben ser tomado sin
consultar previamente al médico, quien puede elegir alternativas que no
contengan este principio activo. En personas susceptibles puede
manifestarse hipersensibilidad. Los síntomas pueden incluir rash y edema.
Existen razones farmacológicas teóricas para suponer que los inhibidores
de la monoaminooxidasa pueden provocar reacciones hipertensivas en
pacientes con tirotoxicosis o feocromocitoma. En ausencia de experiencia
relevante con moclobemida, el medicamento debe administrarse con precaución
en estos pacientes.
Embarazo, lactancia: Los datos obtenidos de la experimentación animal no revelaron ningún
riesgo sobre el feto, pero la seguridad de la moclobemida en el embarazo
humano aún no ha sido establecida. No obstante, los beneficios terapéuticos
durante el embarazo deben ser evaluados frente al posible riesgo para el
feto.
Aunque sólo una pequeña cantidad de moclobemida pasa a la leche materna
(aproximadamente un tercio de la leche materna observando las diferencias
de peso corporal), los beneficios de continuar con el tratamiento durante
la lactancia deben analizarse contra el posible riesgo para el niño.
Interacciones
medicamentosas
En la experimentación animal, la moclobemida potencia
el efecto de los opiáceos. Por ellos, es necesario ajustar las dosis de
estos preparados. No se recomienda la combinación con petidina.
La cimetidina prolonga el metabolismo de la moclobemida. Por consiguiente,
debe reducirse a la mitad o a un tercio la dosis habitual de moclobemida
en los pacientes que reciben cimetidina.
La acción farmacológica sistémica de agentes simpaticomiméticos puede
posiblemente ser intensificada y prolongada por el tratamiento simultáneo
con moclobemida.
Dado que la acción de moclobemida es selectiva y reversible, existe un
escaso potencial de interacción con la tiramina, tal como lo han
demostrado los estudios farmacológicos en animales y en el hombre. La
potenciación del efecto presor fue aún más baja o no ocurrió cuando
moclobemida fue administrada después de una comida.
Teniendo en cuenta que la información disponible es insuficiente y que
existe riesgo de intolerancia neurológica del litio con determinados
IMAO, no se aconseja esta asociación.
Se recomienda no administrar carbamazepina simultáneamente con
moclobemida, ya que se desconoce su posible interacción.
Sobredosificación
La sobredosificación con moclobemida sola induce
generalmente signos moderados y reversibles del sistema nervioso central e
irritación gastrointestinal que no requieren intervención particular. El
tratamiento debe tender ante todo a mantener las funciones vitales.
Como sucede con otros antidepresivos, las sobredosis mezcladas con
moclobemida (por ejemplo, con otros fármacos activos del sistema nervioso
central) podrían ser una amenaza para la vida. Por lo tanto, los
pacientes deben ser hospitalizados y vigilados estrechamente para que
puedan recibir un tratamiento adecuado.
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