Contraindicaciones:
La venlafaxina está contraindicada en pacientes con hipersensibilidad a la droga.
También está contraindicada en pacientes que reciben inhibidores de la monoamino oxidasa
(IMAO).
Efectos
secundarios:
Efectos secundarios más comunes
Entre los efectos secundarios más comunes asociados con el tratamiento con venlafaxina y
cuya incidencia no es equivalente a la observada en pacientes tratados con placebo, se
encuentran los trastornos relativos al sistema nervioso (mareos, sequedad de boca,
insomnio, nerviosismo y somnolencia), los trastornos gastrointestinales (anorexia,
constipación y náuseas) y eyaculación/orgasmo anormales, sudoración y astenia.
La incidencia de muchos de los efectos secundarios observados con frecuencia se encuentra
asociada a la dosis. Por lo general, la frecuencia e intensidad de los efectos secundarios
disminuye a medida que continúa el tratamiento.
Efectos secundarios que inducen a la discontinuación del tratamiento
El 19% de los 2181 pacientes que recibieron venlafaxina en los estudios clínicos
suspendieron el tratamiento a causa de efectos secundarios, en comparación con el 6% de
los pacientes que recibieron placebo y con el 22% de los pacientes tratados con productos
similares.
A continuación, se detallan los efectos secundarios más comunes que indujeron la
suspensión del tratamiento con venlafaxina.
Trastornos del sistema nervioso: especialmente somnolencia (4%), insomnio (4%),
mareos (3%), sequedad de boca (2%), ansiedad (2%) y depresión (1%).
Trastornos del tracto gastrointestinal: especialmente náuseas (6%), vómitos
(1%), anorexia (1%) y constipación (1%).
Otros trastornos: principalmente cefaleas (3%) y astenia (2%).
Trastornos dermatológicos: principalmente sudoración (2%).
Trastornos de la acomodación visual (1%).
Trastornos de las vías urinarias: entre otros impotencia (2% de los hombres) y
anormalidades en la eyaculación/orgasmo (1%).
Efectos observados durante la evaluación clínica con venlafaxina
*Efectos secundarios con una incidencia ³ 3%.
Se administraron dosis múltiples de venlafaxina a 2181 pacientes durante los estudios
clínicos en fase II y III. Los efectos secundarios asociados con esta exposición fueron
registrados por investigadores clínicos utilizando una terminología descriptiva elegida
por ellos mismos. Por lo tanto, no es posible dar un estimado de la proporción de
individuos que experimentaron efectos secundarios sin primero asociar los efectos
secundarios similares en un número limitado de categorías estandarizadas.
Generales: Astenia*, escalofríos, cefaleas*, dolor, dolor abdomina*, dolor al
pecho, dolor de espalda (frecuentes); inflamación abdominal, edema facial, edema
generalizado, fiebre, infección, malestar, rigidez del cuello, dolor al pecho
subesternal, dolor en el cuello, valores anormales en los estudios de laboratorio,
reacción de fotosensibilidad, síndrome gripal (infrecuentes); reacción alérgica,
moniliasis, neoplasma, ineficacia del medicamento, sobredosis, sobredosis intencional,
dolor abdominal, síndrome de abstinencia, empeoramiento, halitosis, olor corporal,
efectos residuales, lesión accidental, lesión intencional (ocasionales).
Sistema cardiovascular: Hipertensión*, hipotensión postural, palpitaciones*,
taquicardia, vasodilatación* (frecuentes); anormalidades electrocardiográficas,
extrasístoles ventricular, hipotensión, migraña, síncope, trastorno vascular
periférico (infrecuentes); arritmia, bloqueo aurículoventricular de primer grado,
bradicardia de sinusal, bloqueo de rama, extrasístoles, hemorragia, flebitis, depresión
del segmento ST, várices (ocasionales).
Sistema digestivo: anorexia*, aumento del apetito*, constipación*, diarrea*,
dispepsia*, eructos, flatulencia*, náuseas*, vómitos* (frecuentes); colitis, disfagia,
edema de la lengua, esofagitis, gastritis, gingivitis, glositis, melena, estomatitis,
trastornos dentales, ulceración bucal, trastornos rectales, ulceración estomacal
(infrecuentes); absceso peridental, queilitis, descoloración de la lengua, sequedad de
boca, gastroenteritis, trastornos gastrointestinales, hemorragias gingivales, hemorragia
rectal, hematemesis, trastornos hepáticos, pruebas anormales de la función hepática,
aumento de la salivación, estomatitis ulcerativa, materia fecal anormal (ocasionales).
Sistema endocrino: Aumento de la actividad pituitaria (ocasional).
Sistema hemato-linfático: Equimosis (frecuente); anemia, leucocitosis,
leucopenia, trombocitemia, trombocitopenia (infrecuentes); anemia hipocrómica, basofilia,
cianosis, linfadenopatía, linfocitosis, plaquetas anormales, anormalidades en los niveles
de glóbulos blancos.
Metabólico y nutricional: Aumento de peso*, pérdida de peso (frecuentes);
edema, edema periférico, glucosuria, hipercolesterolemia, hiperglucemia, hipocaliemia,
aumento de la fosfata alcalina, aumento de los niveles de transaminasa glutámico
oxalacética, sed (infrecuentes); bilirrubinemia, aumento de los niveles de uremia,
aumento de la creatinina, diabetes mellitus, hipercalcemia, hipoproteinemia, aumento de
los niveles de la transamina glutámico pirúvica, intolerancia al alcohol (ocasionales).
Sistema músculo-esquelético: Mialgia (frecuente); artralgia, miastenia
(infrecuentes); contracción tendinosa, trastornos articulares, tenosinovitis,
contracciones nerviosas.
Sistema nervioso central: agitación*, amnesia, ansiedad*, confusión,
despersonalización, depresión, mareos*, pesadillas*, desequilibrio emocional,
hipertonía, hipoestesia, insomnio*, disminución de la libido*, nerviosismo*,
parestesia*, somnolencia*, pensamientos alterados, temblor*, trismo, boca seca*,
retención urinaria (frecuentes); apatía, ataxia, estimulación del sistema nervioso
central, incoordinación, euforia, alucinaciones, hostilidad, hiperestesia, hipotonía,
aumento de la libido, reacción maníaca, mioclono, neurosis, reacción paranoide,
parestesia circumoral, psicosis, trastornos del habla, contracciones, vértigo, trastornos
del sueño (infrecuenes); acatisia, akinesia, afasia, convulsión, demencia, diplopia,
dependencia a la droga, síndrome extrapiramidal, hipokinesia, nistagmo, trastornos de la
personalidad, aumento de los reflejos, estupor (ocasionales).
Sistema respiratorio: Faringitis, rinitis, bostezos (frecuentes); asma,
bronquitis, tos, disnea, epistaxis, laringismo, sinusitis, alteraciones en la voz
(infrecuentes); hipoxia, laringitis, trastornos pulmonares (ocasionales).
Dermatológicos: Sudoración*, rash cutáneo*, prurito (frecuentes); acné,
alopecía, herpes simples, trastornos ungueales, sequedad de la piel, urticaria,
trastornos capilares (infrecuentes); dermatitis de contacto, dermatitis exfoliativa,
eczemal, decoloración del cabello, hirsutismo, erupción máculo-papular, erupción
vesículo-bulloso, trastornos de la acomodación dermatológicos (ocasionales).
Sentidos: trastornos de la acomodación visual*, midriasis, perversión del
gusto, tinnitus, visión borrosa (frecuentes); conjuntivitis, diplopía, trastornos
auditivos, exoftalmia, trastornos de la visión, queratoconjuntivitis, dolor de oídos,
dolor en la vista, parosmia, fotofobia, trastornos de refracción, pérdida del gusto,
defectos en el campo visual, trastornos del lagrimal (infrecuentes); ambliopía,
cataratas, cromatopsia, lesiones de la córnea, opacidad de la córnea, glaucoma, derrames
oculares, hiperacusia, miosis, papiledema, trastornos de la pupila, trastornos de la
retina, retino-vasculopatía, uveítis, trastornos vítreos, sequedad en los ojos
(ocasionales).
Urogenitales: Eyaculación/orgasmo anormal*, impotencia*, aumento de la
frecuencia urinaria*, trastornos urinarios, anorgasmia (frecuentes); albuminuria,
dismenorrea, disuria, hemorragia vaginal, hemoturia, infección del tracto urinario,
menorragia, trastornos menstruales, metrorragia, nocturia, mastalgia, trastornos
urinarios, trastornos de las vías urinarias, urgencia urinaria (infrecuentes); aborto,
amenorrea, congestión mamaria, aumento de tamaño de las mamas, cristaluria cálcica,
cistitis, hipomenorrea, incontinencia urinaria, galactorrea femenina, leucorrea, neoplasia
mamaria, poliuria, erección prolongada, piuria, trastornos testiculares, vaginitis, dolor
vesical, trastornos urogenitales.
Advertencias:
De la experiencia recogida hasta el momento, se desprende que, en pacientes que reciben
antidepresivos con propiedades farmacológicas similares a la venlafaxina en combinación
con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), se han registrado reacciones graves y, en
algunos casos, fatales. También se han registrado similares en pacientes que acababan de
suspender los antidepresivos tricíclicos y comenzaban con IMAO. En consecuencia, dado que
hasta el momento no se ha evaluado la utilización combinada de vanlafaxina e inhibidores
de la monoaminooxidasa y que la venlafaxina es un inhibidor tanto de la norepinefrina como
de la recaptación de serotonina, se recomienda, no sólo evitar el uso concomitante de
estos medicamentos, sino también dejar transcurrir un período de 14 días, después de
la suspensión de los IMAO, antes de iniciar un tratamiento con venlafaxina. De la misma
manera, en función de la vida media de la vanlafaxina y de su metabolito activo (no
poseen, vidas medias prolongadas), se recomienda dejar transcurrir un lapso de por lo
menos siete días después de haber suspendido la administración de venlafaxina antes de
iniciar el tratamiento con un inhibidor de la monoaminooxidasa.
Precauciones:
El perfil de seguridad de la venlafaxina se basa en los resultados de estudios
clínicos de fases II y III en los que participó un total de 2181 pacientes, así como
también en resultados preliminares de otros 77 pacientes de edad avanzada estudiados en
evaluaciones abiertas sobre la seguridad y la aceptación clínica del tratamiento a largo
plazo con venlafaxina en pacientes deprimidos.
Durante las evaluaciones previas al lanzamiento, se registraron convulsiones en el 0,26%
de los pacientes tratados con venlafaxina. La mayoría de las convulsiones (cinco de ocho)
se produjeron en pacientes que recibían dosis de 150 mg diarios o menos. Venlafaxina
deberá ser utilizado con precaución en pacientes con antecedentes de convulsiones.
Deberá discontinuarse la medicación en todos los casos en que se produjeran
convulsiones.
En el análisis conjunto de los estudios realizados a corto plazo, controlados versus
placebo, se registró con mayor frecuencia la presencia de ansiedad, nerviosismo e
insomnio en pacientes bajo tratamiento con venlafaxina, en comparación con los pacientes
tratados con placebo.
La posibilidad de que se registren intentos de suicidio es inherente a la depresión y
puede persistir hasta tanto se produzca una remisión significativa de la enfermedad. Al
iniciar el tratamiento, es importante controlar muy de cerca a los pacientes con alto
riesgo. La droga deberá prescribirse en las dosis más pequeñas que puedan controlar al
paciente, de modo de reducir el riesgo de sobredosis.
Durante el curso de los estudios clínicos, de los 2181 pacientes que recibieron
venlafaxina, el 4% desarrolló erupción cutánea y el 0,7% urticaria. Sin embargo, sólo
15 pacientes (0,7%) tuvieron que suspender el tratamiento con venlafaxina por efectos
secundarios. Por lo general, las erupciones fueron máculopapulares y rara vez se
encontraron asociadas con elevaciones significativas de las transaminasas o con resultados
que señalaban la presencia de vasculitis. Las erupciones fueron consideradas serias en 11
pacientes tratados con medicamentos similares. Se debe advertir a los pacientes que
informen a su médico si desarrollan erupciones, urticaria o síntomas alérgicos
similares.
En algunos pacientes, durante el curso de los estudios clínicos, el tratamiento con
venlafaxina se vio asociada a un incremento en los niveles de la presión arterial. Se
observó un aumento promedio de 2 mm Hg en la presión sanguínea diastólica supina, en
comparación con los aumentos registrados en pacientes bajo tratamiento con antidepresivos
tricíclicos (aproximadamente 3,5 mm Hg) y con las disminuciones observadas en los
pacientes bajo tratamiento con placebo (-2 mm Hg). Se consideró que el tres por ciento
(3%) de los 2181 pacientes que recibieron venlafaxina registraron aumento clínicamente
significativos en la presión arterial que, según se estimó, se encontraban relacionados
con la dosis administrada. Por lo general, los pacientes sometidos a tratamiento con 200
mg (o menos) diarios registraron incrementos menores, mientras que en un estudio a corto
plazo en el que se buscaba determinar la posología, la dosis más alta (300 a 375 mg
diarios) estuvo asociada a incrementos promedio de la presión arterial diastólica y
supina de alrededor de 4 mm Hg hacia la cuarta semana y de 7 mm Hg hacia la sexta semana.
Sin embargo, la hipertensión tratada o la presión arterial elevada en el pretratamiento
no fueron una pauta predisponente durante el tratamiento con venlafaxina. Se recomienda un
control rutinario de la presión arterial en pacientes que reciben tratamiento con dosis
superiores a los 200 mg.
Se ha observado una activación de la manía/hipomanía en una pequeña proporción de
pacientes con trastornos afectivos importantes tratados con otros antidepresivos
disponibles en el mercado. Durante los estudios clínicos, se registró manía o
hipomanía en nueve pacientes (0,4%) tratados con venlafaxina.
El aumento o la disminución de peso no parecen ser clínicamente importante con la
venlafaxina. Se detectó una mayor proporción de anorexia secundaria al tratamiento con
venlafaxina, en relación con los grupos que recibían placebo. Se observaron pérdidas o
aumentos de peso clínicamente significativos en menos del 1% de los pacientes tratados
con venlafaxina durante los estudios clínicos. Se registró una pérdida de peso en
relación con la dosis (pérdida media <1 kg) en algunos pacientes tratados con
venlafaxina durante los primeros meses de tratamiento. Después de nueve meses, el peso
medio comenzó a aumentar leve, pero significativamente, efecto éste observado
frecuentemente con los antidepresivos tricíclicos. Se evidenció una pérdida de peso
significativa (menor o igual a 7 kg) en seis (0,3%) de los 2181 pacientes, en comparación
con los pacientes tratados con placebo (0%) y los pacientes tratados con un antidepresivo
similar. Los estudios clínicos no han evidenciado conductas adictivas, desarrollo de
tolerancia o de necesidad de incrementar la dosis a medida que avanzaba el tratamiento con
venlafaxina. Sin embargo, sobre la base de las investigaciones previas al lanzamiento del
producto al mercado, no es posible determinar en qué medida se puede llegar a abusar, a
desviar el tratamiento o a hacer mal uso de una droga activa del sistema nervioso central.
En consecuencia, el médico deberá evaluar cuidadosamente a estos pacientes, controlando
muy de cerca a los pacientes que puedan presentar signos de abuso o mal uso de la
venlafaxina (por ejemplo, desarrollo de tolerancia, aumento de la dosis, conducta
adictiva).
Las experiencias clínicas con venlafaxina en pacientes con enfermedad sistémica
concomitante son limitadas. Por lo tanto, se recomienda tener precaución cuando se
administra venlafaxina a pacientes con enfermedades o situaciones que puedan afectar las
respuestas hemodinámicas o el metabolismo.
La venlafaxina no ha sido evaluada o utilizada de manera apreciable en pacientes con
antecedentes recientes de infarto de miocardio o de enfermedad cardíaca inestable. Los
pacientes con estos diagnósticos han sido excluidos sistemáticamente de los estudios
clínicos. En el 0,9% de los pacientes tratados con venlafaxina, en comparación con el
0,2% de los pacientes tratados con placebo y el 1,4% de los pacientes tratados con un
antidepresivo similar, se observaron trastornos electrocardiográficos clínicamente
significativos. Las anormalidades no superan el 1% de los pacientes en ninguno de los
grupos. No se registraron arritmias serias en pacientes tratados con venlafaxina y los
intervalos PR, QRS o QTc no fueron significativamente prolongados.
La frecuencia cardíaca media se incrementó en aproximadamente cuatro latidos por minuto
durante el tratamiento, incremento éste que resultó ser menor que el menor que el
registrado con productos similares (antidepresivos tricíclicos).
En pacientes con insuficiencia renal moderada o grave o con cirrosis hepática, se
observó una disminución en el clearance de venlafaxina y de su metabolito activo,
prolongado, así, la vida media de eliminación de sustancias. En estos casos, es posible
que se requiera una dosis más baja o menos frecuente. La venlafaxina, al igual que otros
antidepresivos debe utilizarse con precaución en estos pacientes.
Se efectuaron estudios clínicos para evaluar los efectos de la venlafaxina sobre el
comportamiento de personas sanas. Los resultados no revelaron deterioros clínicamente
significativos de la función psicomotora o cognitiva, así como tampoco de las conductas
complejas. No obstante, las drogas psicoactivas pueden afectar el juicio, el pensamiento o
la capacidad motora y, en consecuencia deberá advertirse a los pacientes acerca de los
riesgos de operar maquinaria peligrosa o conducir automóviles, hasta tanto puedan
asegurarse de que el tratamiento no los afecta negativamente.
En un análisis retrospectivo de los pacientes que suspendieron repentinamente el
tratamiento con dosis ³ 150 mg diarios, se
observaron escasos indicios de síntomas específicos de abstinencia, ni tampoco se
observaron tendencias definitivas en este sentido. En el grupo de 2181 pacientes tratados
con venlafaxina, se consideró que sólo seis pacientes (0,3%) habían presentado
síntomas significativos que probablemente se debían a la reducción o discontinuación
de la droga. Entre otros, se observó fatiga, mareos, desequilibrio afectivo, trastornos
del sueño, náuseas, diarrea, falta de equilibrio, trastornos visuales, sudoración, y en
un paciente, un episodio de hipomanía. Los seis pacientes recibieron dosis de 150 mg
diarios o más. He sabido que con los antidepresivos tricíclicos se producen trastornos
con la suspensión del tratamiento. Hasta tanto se disponga de mayor información, se
recomienda que la dosis de venlafaxina se discontinúe en forma gradual (ver Efectos
secundarios que inducen a la discontinuación del tratamiento) y que se controle
cuidadosamente a los pacientes.
Si bien con venlafaxina no se ha registrado un mayor deterioro de la actividad mental y
motora como consecuencia del consumo de alcohol, deberá advertirse a los pacientes que
supriman el alcohol mientras se encuentran bajo tratamiento con venlafaxina.
Utilización de la droga en pacientes en edad avanzada
La venlafaxina parece no presentar trastornos respecto de su seguridad en pacientes sanos
de edad avanzada. Se estudió la venlafaxina en un total de 229 pacientes con 65 años o
más. Esta población incluyó a 152 pacientes (7%) del total de 2181 pacientes de las
fases II y III y a 77 pacientes de una evaluación abierta de la seguridad y la
aceptación clínica del tratamiento con venlafaxina a largo plazo en pacientes deprimidos
de edad avanzada. Se analizó la totalidad del grupo (229 pacientes) con el objeto de
establecer el perfil de seguridad para este grupo. Los efectos secundarios, con mayor
incidencia fueron similares a los del estudio global con 2181 pacientes.
Carcinogénesis, mutagénesis, trastornos de la fertilidad
En los estudios toxicológicos, no se observaron evidencias de carcinogénesis,
mutagénesis o trastornos de la fertilidad.
Utilización de la venlafaxina durante el embarazo
No se dispone de estudios adecuados y bien controlados en mujeres embarazadas. No deberá
utilizarse la venlafaxina durante el embarazo, a menos que los beneficios potenciales
superen los posibles riesgos sobre el feto. En el caso de quedar embarazadas o intentar
quedar embarazadas, las pacientes deberán notificar al médico esta novedad.
Utilización de venlafaxina durante la lactancia
Se desconoce si la venlafaxina o sus metabolitos se excretan en la leche materna. Por lo
tanto, no es aconsejable recomendar el empleo de venlafaxina en mujeres que se encuentran
en periodo de lactancia.
Utilización en Pediatría
Aún no se ha establecido la seguridad y la eficacia de la venlafaxina en personas menores
de 18 años. Consecuentemente, no se recomienda su utilización.
Interacciones:
De drogas
Al igual que con otros medicamentos, existe la posibilidad de que se produzcan
interacciones a través de diversos mecanismos. La venlafaxina y su metabolito, la
O-demetilvenlafaxina, se fijan en menos de 35 % a las proteínas plasmáticas. Por lo
tanto, no es de esperar que se produzcan interacciones originadas por la fijación de la
venlafaxina a las proteínas.
Inhibidores de la monoaminooxidasa
No se ha evaluado sistemáticamente el riesgo de la venlafaxina en combinación
con otras drogas con actividad sobre el sistema nerviosos central (salvo las drogas aquí
mencionadas). En consecuencia se recomienda poner especial atención cuando se administre
la venlafaxina concomitantemente con estas drogas. La venlafaxina no produce efectos sobre
la farmacocinética del litio. Tampoco afecta la farmacocinética del diazepan, ni los
efectos psicomotores y psicométricos inducidos por esta droga.
Los perfiles farmacocinéticos de la venlafaxina y la O-demetilvenlafaxina no se vieron
alterados cuando se administraron concomitantemente venlafaxina y etanol a voluntarios
sanos que ocasionalmente consumían alcohol (de 100 ml a 1 litro por mes). La
administración de venlafaxina con un régimen estable no modificó los efectos
psicomotores y psicométricos inducidos por el etanol cuando, estos mismos pacientes, no
se encontraban recibiendo venlafaxina.
La cimetidina inhibió el metabolismo de primer paso de la venlafaxina, pero,
aparentemente no ejerció efectos alguno sobre la formación o eliminación de su
metabolito, la O-demetilvenlafaxina, que se encuentra en mayor proporción en la
circulación sistemática. Por consiguiente, se supone que la totalidad de la acción
farmacológica de la venlafaxina más la O-demetilvenlafaxina sólo se verá levemente
incrementada.
Se estima que no es necesario ajustar la dosis de la venlafaxina cimetidina, cuando éstas
se administren concomitantemente. Sin embargo, se desconoce el grado de interacción que
podría presentarse en pacientes de edad avanzada, en pacientes con hipertensión
pre-existente o en pacientes con insuficiencia hepática (puede verse incrementada) que se
encuentren bajo tratamiento con venlafaxina y cimetidina en forma concomitante. En estos
casos, se recomienda un estricto control clínico.
En estudios clínicos retrospectivos, se evaluaron los efectos que se producían en
pacientes que recibían concomitantemente venlafaxina y agentes antihipertensivos o
hipoglucemiantes, con el objeto de establecer si se registraban interacciones entre una y
otra droga. No se observaron evidencias que indicaran una incompatibilidad entre el
tratamiento con venlafaxina y el tratamiento concomitante con antihipertensivos o
hipoglucemiantes. No se han llevado a cabo estudios con el fin de evaluar el beneficio del
empleo combinado de venlafaxina con otro agente antidepresivo.
Los estudios in vitro indican que la venlafaxina se metaboliza a su metabolito activo, la
desmetilvenlafaxina a través del citocromo P450IID6, la isoenzima responsable del
poliformismo genético observado en el metabolismo de muchos antidepresivos. En
consecuencia, existe la posibilidad de que se produzcan interacciones entre venlafaxina y
las drogas que inhiben el metabolismo del citocromo P450IID6. Las interacciones de drogas
que reducen el metabolismo de la venlafaxina a la ODV podrían potencialmente incrementar
las concentraciones plasmáticas de venlafaxina y reducir las concentraciones del
metabolito activo.
Los estudios in vitro indican que la venlafaxina es un inhibidor del citocromo P450IID6
relativamente poco potente. No obstante, se desconoce la importancia clínica que pueda
tener este hallazgo.
Sobredosis:
Experiencia en seres humanos
En los estudios prelanzamiento, se registraron 14 casos de sobredosis en
pacientes que recibían venlafaxina, solo o en combinación con otras drogas y/o alcohol.
En la mayoría de los casos se estimó que las dosis utilizadas superaban varias veces la
dosis terapéutica habitual. Se estimó que los tres pacientes que recibieron las dosis
más altas ingirieron aproximadamente 6,75 g, 2,75 g y 2,5 g. El consecuente pico
plasmático en los dos últimos pacientes fue de 6,24 y 2,35 mg/ml,
respectivamente, y el pico plasmático de la O-demetilvenlafaxina fue de 3,37 y 1,3 mg/ml, respectivamente. Respecto del paciente que recibió 6,75 g de
venlafaxina no se obtuvieron los niveles plasmáticos de venlafaxina. Los 14 pacientes se
recuperaron sin secuelas. La mayoría de los pacientes no registraron síntomas. Entre los
pacientes, el síntoma más predominante fue la somnolencia. El pacientes que recibió
2,75 g de venlafaxina presentó convulsiones generalizadas y una prolongación del
segmento QTc a 500 mseg. en comparación con los 405 mseg. que se registraba al iniciar el
tratamiento. También se ha registrado taquicardia sinusal leve entre otros dos pacientes.
Tratamiento de la sobredosis
Se deberán tomar las medidas habituales para el tratamiento de la sobredosis con
antidepresivos. Deberá asegurarse una buena aereación, oxigenación y ventilación. Se
recomienda controlar el ritmo cardíaco y los signos vitales. También se recomienda tomar
medidas sintomáticas y de mantenimiento. Deberá considerarse la utilización de carbón
activado, la inducción de vómitos o el lavado gástrico. Dado el amplio volumen de
distribución del clorhidrato de venlafaxina, no es probable que la diuresis forzada, la
diálisis, la hemoperfusión y la exanguíneo transfusión resulten de utilidad. No se
conocen antídotos específicos de la venlafaxina. En el tratamiento de la sobredosis,
deberá considerarse la posibilidad de que el paciente halla ingerido más de una droga.
También deberá considerarse, para el tratamiento de la sobredosis, la necesidad de
contactarse con algún centro de toxicología. |