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Trastornos Depresivos Primarios o Depresiones Primarias
Trastornos Depresivos Secundarios o
Depresiones Secundarias
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Básicamente los Trastornos Depresivos Primarios se dividen en 2 grandes grupos: 1. Trastorno Depresivo Mayor o Depresión Mayor
Se caracteriza por la presencia de uno o más Episodios Depresivos Mayores. El Episodio Depresivo Mayor abarca 5 o más de los siguientes síntomas:
Estos síntomas persisten por lo menos dos semanas y producen un malestar muy significativo que altera la vida familiar, social, laboral y de otras áreas importantes de la actividad de la persona. Cuando estos episodios depresivos mayores se repiten (Depresión Mayor Recurrente) suele haber por lo menos un intervalo libre síntomas, de dos meses, entre uno y otro. En la forma Melancólica de la depresión mayor se incluyen como síntomas típicos:
El tratamiento del Episódio Depresivo Mayor es fundamentalmente farmacológico acompañado por una psicoterapia de apoyo al paciente y de orientación y psicoeducación a los familiares del mismo respecto a lo que pueden y/o deben realizar para ayudar a la persona que esta sufriendo. Suele ser muy dificil para una persona que nunca ha experimentado un episodio depresivo, o estudiado respecto al mismo, poder entender de que se trata. La continencia afectiva por parte de la familia es de fundamental importancia. En los casos severos, especialmente cuando existe ideación suicida, puede estar indicada una internación hospitalaria. Cuando el paciente comienza a recuperarse (aproximadamente en semanas, tiempo de latencia de los psicofármacos antidepresivos) puede comenzar a trabajarse mediante psicoterapia, ya que durante la fase de duración del Episodio Depresivo Mayor la persona es prácticamente inaccesible a las palabras, es decir, que hablándoles (únicamente) no podemos ayudarlo completamente, ya que el dolor que padecen es demasiado intenso. Incluso algunos pacientes se niegan a hablar o escuchar durante esta durísima fase de esta forma de Depresión, sólo quieren "dormir todo el día" o estar a "oscuras y en silencio en su habitación". Cuando un paciente experimenta por primera vez en su vida un Episodio Depresivo Mayor tiene un 50% de probabilidades de padecer otro, si ha experimentado un segundo Episodio Depresivo Mayor tiene un 80% de probabilidades de padecer un tercero. En situaciones como éstas hablamos de Depresión Mayor Recurrente. El tratamiento profiláctico farmacológico y psicoterapéutico cobra una vital importancia. El mismo tiene como fin: evitar que éstos episodios nunca más se repitan (en el mejor de los casos), y en el caso de producirse un nuevo Episodio Depresivo Mayor, que éste tenga una menor duración e intensidad.
Las características específicas relacionadas con la cultura se exponen en el texto referente al episodio depresivo mayor. El trastorno depresivo mayor (único o recidivante), tanto en adolescentes como en adultos, es dos veces más frecuente en mujeres que en varones. En la edad prepuberal los niños y las niñas están afectados en la misma proporción. Tanto en varones como en mujeres las tasas son más altas en el grupo de edades comprendidas entre los 25 y los 44 años, mientras que tanto en hombres como en mujeres las tasas más bajas se dan en las personas de más de 65 años.
Los estudios del trastorno depresivo mayor han indicado un amplio intervalo de valores para la proporción de la población adulta que padece el trastorno. El riesgo para el trastorno depresivo mayor a lo largo de la vida en las muestras de población general ha variado entre el 10 y el 25% para las mujeres entre el 5 y el 12% para los varones. La prevalencia puntual del trastorno depresivo mayor en adultos en muestras de población general han variado entre el 5 y el 9% para las mujeres y entre el 2 y el 3% para los varones. Las tasas de prevalencia para el trastorno depresivo mayor parecen no estar relacionadas con la raza, el nivel de estudios o de ingresos económicos, ni con el estado civil.
El trastorno depresivo mayor puede empezar a cualquier edad, y la
edad promedio de inicio es la mitad de la tercera década de la vida.
Los datos epidemiológicos sugieren que la edad de inicio está
disminuyendo entre las personas nacidas más recientemente. El curso
del trastorno depresivo mayor, recidivante, es variable. Algunas
personas tienen episodios aislados separados por muchos años sin síntomas
depresivos, en tanto que otras tienen episodios agrupados, e incluso
otras tienen episodios cada vez más frecuentes a medida que se hacen
mayores. Algunos datos sugieren que, en general, los períodos de
remisión duran más en las fases tempranas del curso del trastorno.
El número de episodios previos es predictor de las probabilidades de
presentar un episodio depresivo mayor posterior. Aproximadamente, se
puede esperar que el 50-60% de los sujetos con un trastorno depresivo
mayor, episodio único, tengan un segundo episodio. Los sujetos que
han tenido un segundo episodio tienen un 70% de posibilidades de tener
un tercero y los sujetos que han tenido tres episodios tienen un 90%
de posibilidades de tener el cuarto. Entre el 5 y el 10% de los
sujetos con un trastorno depresivo mayor, episodio único, presentan más
tarde un episodio maníaco (p.ej., presentan un trastorno bipolar I).
El trastorno depresivo mayor es 1,5-3 veces más frecuente en los familiares biológicos de primer grado de las personas con este trastorno que en la población general. Hay pruebas de un mayor riesgo de dependencia del alcohol en familiares biológicos de primer grado adultos y puede haber un aumento de la incidencia de trastorno por déficit de atención con hiperactividad en los hijos de adultos con este trastorno.
Los criterios de diagnóstico de Distimia son los que a continuación se detallan: A. Estado de ánimo crónicamente depresivo la mayor parte del día de la mayoría de los días, manifestado por el sujeto u observado por los demás, durante al menos 2 años. Nota: En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable y la duración debe ser de al menos 1 año. B. Presencia, mientras está deprimido, de dos (o más) de los siguientes síntomas:
C. Durante el período de 2 años (1 año en niños y adolescentes) de la alteración, el sujeto no ha estado sin síntomas de los Criterios A y B durante más de 2 meses seguidos. D. No ha habido ningún episodio depresivo mayor durante los primeros 2 años de la alteración (1 año para niños y adolescentes); por ejemplo, la alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno depresivo mayor crónico o un trastorno depresivo mayor, en remisión parcial. Nota: Antes de la aparición del episodio distímico pudo haber un episodio depresivo mayor previo que ha remitido totalmente (ningún signo o síntoma significativos durante 2 meses). Además, tras los primeros 2 años (1 año en niños y adolescentes) de trastorno distímico, puede haber episodios de trastorno depresivo mayor superpuestos, en cuyo caso cabe realizar ambos diagnósticos si se cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor. E. Nunca ha habido un episodio maníaco, un episodio mixto o un episodio hipomaníaco y nunca se han cumplido los criterios para el trastorno ciclotímíco. F. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico crónico, como son la esquizofrenia o el trastorno delirante. G. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a enfermedad médica (p. ej., hipotiroidismo). H. Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Como vemos, la Distimia presenta síntomas más o menos similares a la Depresión mayor, pero se diferencian entre sí respecto a: Tipo de evolución: el estado de ánimo depresivo es crónico (no presenta intervalos libres de síntomas o mejorías significativas) y dura por lo menos 2 años. Severidad de los síntomas: los mismos suelen ser leves o moderados, sin una alteración significativa de las relaciones familiares, sociales y laborales del individuo. Tratamiento: El tratamiento de la Distimia (o Neurosis Depresiva) es fundamentalmente psicoterapéutico. Aunque cuando el Trastorno Distímico dificulta la vida de relación del individuo (con los familiares y amigos) o el rendimiento laboral o académico, los fármacos antidepresivos pueden llegar a ser de gran ayuda para que el individuo recupere a corto plazo un nivel de bienestar que no lo discapacite para desempeñarse en su vida afectiva, social y laboral. Síntomas dependientes de la edad y el sexo: En los niños el trastorno distímico parece presentarse por igual en ambos sexos y provoca frecuentemente un deterioro del rendimiento escolar y de la interacción social. En general, los niños y adolescentes con un trastorno distímico están irritables e inestables, además de tristes. Tienen una baja autoestima y escasas habilidades sociales, y son pesimistas. En los adultos las mujeres son dos o tres veces más propensas que los varones a presentar un trastorno distímico.
La prevalencia-vida del trastorno distímico (con o sin un trastorno depresivo mayor superpuesto) es aproximadamente del 6%. La prevalencia puntual del trastorno distímico es aproximadamente del 3%.
Frecuentemente, el trastorno distímico tiene un inicio temprano e insidioso (p.ej., en la niñez, adolescencia o al principio de la edad adulta), así como un curso crónico. Habitualmente, en el marco clínico, los sujetos con trastorno distímico presentan un trastorno depresivo mayor superpuesto, que suele ser la razón por la que buscan tratamiento. Si el trastorno distímico precede al inicio del trastorno depresivo mayor, es menos probable que se produzca una recuperación completa espontánea entre los episodios depresivos mayores y hay más probabilidades de presentar más episodios posteriores.
El trastorno distímico es más frecuente entre los familiares biológicos de primer grado de las personas con trastorno depresivo mayor que entre la población general. Referencias Bibliográficas - Diagnostic and Statistical Manual
of Mental Disorders, 4º edition (DSM-IV TR). American Psychiatric
Association.
American Psychiatric Press, 2000. |
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